Siete claves para cuidar tu vulva
El pasado domingo realicé un taller de ginecología holística con la ginecóloga y obstetra Montse Català, fundadora de Mitjorn, casa de nacimientos y desde esta experiencia es desde donde te comparto el post de hoy sobre cuidar tu vulva.
Para quien no la conozca Montse es una abuela sabia, con una niña interior juguetona y exploradora que hacen de ella una mujer única. Básicamente lo que hicimos en el taller fue explorar y cuidar nuestra vulva en una ambiente sagrado y de puro respeto. Una a una las mujeres fuimos tocando y masajeando nuestros úteros y descubriendo nuestras vulvas ante el grupo, acompañadas de Montse, que con su espéculo nos mostraba y nombraba aquello que tan íntimo y tan desconocido nos es: los labios mayores, los labios menores, el capuchón, el clítoris, el himen, la uretra, la vagina y por fin el cuello del útero.
Cada mujer ofreció su tesoro a las demás para poder contemplar la diversidad de nuestra geografía íntima, para poder reconcérnosla y podérsela explicar a nuestras hijas.
En el taller también descubrimos la diferencia entre pólipos, y miomas, qué es exactamente el virus del papiloma, qué es un diafragama y un diu y como se coloca… como está sujeto nuestro útero por músculos y fibras, en fin, un tesoro de taller, ya que también pudimos hacer Chi Kun femenino acompañadas de Montse Guardiola que nos activó toda la zona para poder recocerla mejor.
Y a colación del taller, una de las mujeres que lo hizo conmigo, que además es gran amiga, Carol Izquierdo, facilitadora y enamorada de la terapia corparal llamada diafreoterapia, nos compartió un post de Marcela de vulvasapiens.com en el que se exponen unos cuidados sencillos que podemos aplicar a nuestra vulva. Te dejo aquí con ellos:
Por: Marcela de www.vulvasapiens.net
1. Destaparla
– Que le den el aire y el sol. Al estar tapada, la vulva está en continuo estado de humedad- flujo, restos de orina, sudor…
– Dormir sin bragas.
– Usar tanga lo menos posible (Las tangas son agresivas por el fuerte roce de la cuerda sobre la zona).
– Usar bragas de algodón, que favorece la respiración.
– Combinar el uso de pantalones estrechos con otras prendas que dejen pasar el aire.
2. Cuidarla
– Usar jabones suaves sin detergentes ni perfumes. Si te lavas más de una vez al día, sólo con agua.
– Después de lavarte, secar bien y, así como te pones cremas en la cara, utiliza una crema hidratante vulvar o, mejor, un aceite, puesto que el aceite produce una capa aislante de las humedades. Un simple aceite de almendras, barato, cumplirá esta función.
– Cuando vas al baño, no olvides secarte siempre de adelante hacia atrás, para no pasar gérmenes del ano a la vagina.
3. Mirarla
– Coge un espejo. La cara la ves, pero la vulva, no. Así como el espejo te da información directa sobre cualquier cambio que se produzca en la cara, al no mirarse nunca la vulva con un espejo, las mujeres ignoran muchas alteraciones que podrían resolverse fácilmente en sus inicios -por ejemplo, granos, grietas, o condilomas…
– Conócete a ti misma. El espejo no sólo sirve para detectar anomalías. También sirve para conocerse y “hacerse amiga”.
4. Lubricarla y humectarla
– El exceso de humedad puede ocasionar la proliferación de bacterias en la piel, pero la sequedad total también afecta el delicado equilibrio del hábitat microbial vulvar. Durante la fase premenstrual, el descenso de estrógenos puede resecar la zona, mantenla lubricada con aceites vegetales como el aceite de coco o de almendras.
– El aceite de coco es un aliado buenísimo para la lubricación de la vulva y la vagina[ii]; incluso hay quienes lo recomiendan para la lubricación anal. No se recomienda su uso con condones ni con juguetes sexuales.
– Evita los lubricantes que contengan parabenos[iii].
– Una manera de mantener la humedad vaginal en equilibrio se logra con la alimentación. Incluye en tu dieta alimentos ricos en isoflavonas, como la soya.
5. Dejarla despeinada
– Los vellitos de la vulva cumplen una función protectora de la piel vulvar y las membranas mucosas[iv]. El retirarlos no genera ningún beneficio para la salud ni tampoco redunda en una mayor higiene, aunque muchas mujeres crean que sí.
– Si por estética o por práctica cultural vas a depilarla, prefiere otras opciones al rastrillo, que suele asociarse con mayor irritación en la zona y las cortadas pueden ser peligrosas. Tanto el rastrillo, la crema, la cera, la depilación laser y la electrolisis pueden generar foliculitis moderada[v], es decir, inflamación del folículo (la raíz en donde nace el vello), o de las glándulas cebáceas.
– Puedes optar por recortar los vellos para mantener tu vulva acicalada.
6. Ducharla lo menos posible
– La historia de las duchas vaginales se remonta al año 1500 ANE; sin embargo, de un tiempo para acá se ha establecido que las duchas vaginales son innecesarias, incluso se las considera nocivas.
– Las duchas vaginales eliminan las bacterias buenas de la vagina y afectan su pH, lo cual puede generar inflamación pélvica, incrementa el riesgo de infección y de padecer vaginitis bacterial[vi].
– Algunas mujeres las usan como parte de un tratamiento con plantas y/o aceites esenciales, evitando los químicos de las duchas comerciales. Es importante no abusar.
7. Amarla y mimarla.
– Esto no requiere explicación, a la vulva le sientan de maravilla los cariños y mimos cotidianos.
Estos 7 consejos han sido escritos por Por: Marcela de www.vulvasapiens.net
La imagen se titula ‘El Origen del mundo’ de Gustave Coubet
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