,

Educar…

Me encantó este poético texto sobre el arte de educar.  lo tomé del muro de Facebook de uttam Módenes http://www.facebook.com/uttammodenes

Educar es mostrar la vida a quien aún no la ha vivido.
El educador dice: ¡Atento, apunta! El alumno lee la dirección apuntada y ve lo que nunca vio. Su mundo se expande, se ve más rico interiormente. Y, sintiéndose más rico interiormente, puede sentir mayor alegría y compartir más alegría, que ésa es la razón por la que vivimos.

La primera tarea de la educación es enseñar a ver. Los niños a través de los ojos tienen el primer contacto con la belleza
y fascinación del mundo…

Los ojos tienen que ser educados para que la alegría aumente. La educación consta de dos partes:

– Educación de las habilidades
– Educación de las sensibilidades

Sin la educación de las sensibilidades, todas las habilidades se tornan sin sentido. Los conocimentos nos dan medios para vivir; la sabiduría nos da razones para vivir.

Quiero enseñar a los niños.Aún tienen los ojos encantados
Sus ojos están dotados de aquella cualidad que, para los griegos, era el principio del pensamiento: la capacidad de asombrarse al contemplar lo más simple. Para los niños, todo es maravilloso: un huevo, una lombriz, un caracol, o el vuelo de las mariposas, o los movimientos de las langostas, un cometa en el cielo, una peonza en la tierra. Cosas que los eruditos no suelen ver.

En la escuela se aprenden complicadas clasificaciones botánicas, pero ningún profesor llama la atención sobre la belleza de una manzana, o lo curioso de las simetrías que muestran sus hojas.

Parece que las escuelas están más preocupadas por hacer que los alumnos memoricen palabras que en comprender las realidades que ellas representan.

Las palabras sólo tienen sentido si nos ayudan a ver mejor el mundo. Aprendemos palabras para mejorar los ojos.
Hay muchas personas con visión perfecta que nada ven…

El acto de ver no es algo natural. Necesita ser aprendido.
Cuando abrimos los ojos, se abren las ventanas de nuestro cuerpo, y el mundo aparece reflejado dentro.

Los niños, sin hablar, nos enseñan las razones para vivir.
Los niños no tienen saberes que transmitir. Su encanto es conocer lo esencial de la vida.

Quien no transforma su manera adulta de ver y sentir y no se hace niño, jamás será sabio.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *