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De cómo sanar la relación con tu madre puede ayudarte en la crianza de tus hijos

Por Yadday Hermoso.

La relación con nuestra madre es una de las más importantes de nuestra vida y tiene una gran influencia no sólo en nosotras sino también en nuestra descendencia.

Recuerdo que los últimos meses de mi embarazo mientras realizaba la formación en constelaciones familiares y avanzaba en mi proceso personal, pensaba mucho en la importancia de estar en paz con la relación con mi madre y ocupar mi lugar dentro de mi familia (sistema familiar), no sólo por mí, sino también por la importancia directa que esto tenía para mis hijos.

Si integramos y aceptamos lo que viene de nuestra madre, vamos a estar más relajadas y disponibles para acompañar a nuestros hijos durante su infancia. ¿Por qué? porque ya no vamos a estar invirtiendo energía en pedir a nuestra madre más amor, más atención u otra manera de vernos o de tratarnos. Cuando aceptamos que lo que recibimos de ella fue suficiente nos situamos en la vida de una manera más fluida, en nuestro presente y sostenidas por nuestro pasado.

Voy a poner un ejemplo: imagina que acabas de tener un bebé, has decidido darle el pecho y colechar, pero resulta que a tu madre le da mucho miedo que duermas con el bebé ya que ‘es muy peligroso no vaya a ser que le vayas a asfixiar’ y además se va a ‘malacostumbrar y le vas a malcriar y no te lo vas a sacar de la cama hasta que sea adolescente’. Tú te has informado muy bien sobre los beneficios de la lactancia y el colecho para ti, tu hijo y tu familia y te encuentras ante una gran duda, porque tu instinto, lo que quieres y lo que te parece mejor es diferente a lo que tu madre quiere para ti.

Quieres hacerlo pero preferirías que fuera con la aprobación y bendición de tu madre. Es allí cuando surge en ti una gran encrucijada: sí lo haces y tu madre no lo aprueba te sientes incompleta porque te gustaría que ella estuviera contigo en esta decisión que es tan importante, pero sí la complaces o te conectas con su miedo, que no es el tuyo, lo que sucede es que te alejas de ti misma. Un gran dilema, y entonces ¿qué decisión tomar?

Es el momento de tener el coraje y la valentía de ser quienes verdaderamente somos y tomar nuestras propias decisiones.

Es cuando, amorosamente, podemos poner límites a nuestra madre, reconociendo que ella está movida por su propio miedo que tiene que ver con su propia historia, que es la suya y no la tuya. De esta manera dejamos su historia con ella, sin ninguna lealtad invisible que nos siga pesando y nos impida vivir en plenitud.

A partir de aquí llega el momento de establecer nuestros propios valores que conectan con quien somos verdaderamente a la hora de criar a nuestros pequeños.

Se trata de dar ese paso inclusive con culpa al principio, es el precio que pagamos por ser quien verdaderamente somos, de eso se trata crecer y de eso se trata vivir.

Cuando nuestra relación está en el lugar que es, no continuamos esperando que nuestra madre cambie porque no nos gusta su comportamiento ante determinada situación y abandonamos las expectativas de que viva su vida de manera diferente a como lo hace.

Nuestro gran reto es permitir que nuestra madre tenga sus dificultades y respetarla en sus dificultades. Podemos aceptar los miedos de nuestra madre y respetar su historia sin involucrarnos en ella, en lugar de seguir el mandato: ‘Si no estás bien yo tampoco estoy bien por lealtad a ti.’

Cuando aceptamos que lo que recibimos de nuestra madre fue suficiente tal cual y como fue, desde ese lugar podemos conectar con la fuerza en nuestro interior, esa fuerza que nace de nuestro convencimiento de que nosotras sabemos que es lo mejor para nosotras y que nosotras podemos confiar en nosotras mismas.

Lo mejor que podemos hacer por nosotras e inclusive por mejorar y sanar las lealtades invisibles, es hacernos responsables de nuestra vida y de nuestra felicidad, de hecho es la única manera.

Y así cuando sanamos nosotras, como simple consecuencia, estamos abriendo un camino de relaciones más sanas para nuestra descendencia.

Cuando logramos esto, como consecuencia inmediata, podemos estar disponibles para vivir una buena vida y ocuparnos de la crianza de nuestros pequeños, pero desde un lugar sano, donde los acompañamos sin buscar en ellos lo que no recibimos de nuestros padres. Los hijos están bien cuando están libres y se dedican a los suyo, no a acompañar nuestra soledad o nuestros miedos.

Si soltamos a nuestra madre hay posibilidades de que nuestros hijos hagan lo mismo en el futuro y estén más libres y vivan ligeros

Sanar la relación con nuestra madre es el paso más importante para estar verdaderamente presente en la crianza de nuestros hijos, resolviendo nuestros asuntos, damos espacio a una disponibilidad en nuestro presente, así de esta manera le estamos dando una antorcha liviana y con luz a nuestros hijos. Y sí ellos así lo deciden, puede pasar a sus descendientes, y así sucesivamente para que la vida continúe su curso perfecto.

El mejor regalo que puedes hacer a tus hijos es intentar ser mejor persona, estar más feliz con tu vida, posicionarte con lo que te da fuerza e impulsa la vida, y tener la libertad de hacer lo que tu espíritu quiere.

Artículo escrito por Yadday Hermoso, terapeuta en constelaciones familiares especializada en el vínculo madre-hija. www.yaddayhermoso.com

Si estás interesada en este tema, muy pronto lanzaremos el curso online ‘Sanando la relación con tu madre’ creado por Yadday Hermoso.  Puedes apuntarte aquí para ser de las primeras en recibir la promoción de lanzamiento.

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Qué tendrá la madre…

Hoy os quiero compartir un escrito precioso creado por Natalia Navarro y publicado en su blog ‘La que cuida de la Vida‘. Cuando lo leí me pareció que era una Oda a las madres y a través de ella Natalia pone en palabras todas esas labores invisibles que realizamos como madres y que a veces ni siquiera nosotras mismas somos conscientes de ellas.

Te dejo con su bello escrito, seguro que te llegará al corazón como a mi:

“Qué tendrá la madre…

¿Será su olor, su cuerpo para recorrer montañas y valles o en el que descansar?

¿Será su Voz, tan conocida, su mirada de amor, sus caricias que curan?

¿Serán los besos, los achuchones, las canciones y susurros?

Qué tendrá la Madre, que es buscada por todas las niñas y niños cuando necesitan comprender su rabia, su dolor o poner palabra a su alegría.

Madre que sostiene, con sus brazos o con la mirada. Que permite que su hija vaya un poco más allá, que juegue y descubra el mundo que ya no es Madre.

Madre selva, que te muestra los misterios de la noche, las caras poliédricas de la vida.

Madre agua, que se derrite de miedo, a veces, y otras de amor.

Madre fuego, que usa la fuerza que le otorgan, como don, para proteger a su cría.

Madre aire, que canta al corazón, que susurra y mece con su aliento.

¿Qué tendrá la Madre?”

Natalia Navarro *lqc*
Blog La que cuida de la Vida

La imagen es de Catie Atkinson de spiritysol

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Rituales de preparación para el parto y la maternidad

Hoy vengo a hablarte de un tema que me encanta: cómo celebrar un ritual de preparación para el parto y la maternidad, te explicaré también porque son importantes estos rituales y te daré unas cuantas ideas para que te inspires.

Todas las que sois madres habéis experimentado el cambio tan profundo que supone convertirse en madre, es tan único para cada mujer que casi no se puede poner en palabras. Por ello poder atravesar este cambio de identidad arropada por tu ‘comunidad’, por tu ‘tribu’ marca una gran diferencia. A partir de aquí surge esta práctica de celebrar esta transición con un ritual o rito de paso.

Los indios navajo llaman a este ritual de preparación al parto y la maternidad Blessingway (literalmente bendecir el camino), y su misión es reunir a las personas más cercanas a la mujer embarazada (amigas y familiares íntimos) para reconocer esta transición profunda que para ella representa dar a luz.

En el video de hoy te cuento todo lo que tienes que tener en cuenta para preparar este ritual y también te ofrezco más de 15 ideas para inspirarte para que puedas realizar el tuyo.

Descubre aquí cómo preparar tu ritual de preparación al parto y la materidad<<

 

Por cierto al final del video te doy dos referencias de libros: ‘Rituales africanos de binvenida para la vida’ de Sonbofu Somé y ‘Blessingways: a guide to mother-centered baby showers – celebrating pregnancy, brith and motherhood’ de shari Maser.

Me encantaría saber de tu experiencia si va s a celebrar el tuyo o participar en uno. Te espero en los comentarios del blog

Un fuerte abrazo,

 

P.D: Si te ha gustado este vídeo, compártelo en las redes y con tus contactos. ¡Gracias! Cuantos más resonemos con la espiritualidady el Amor más fácil será crear un mundo mejor.

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¿Quieres aprender a practicar la respiración consciente?

Hace ya muchos años que practico respiración consciente y meditación cada mañana y de verdad que hoy en día se ha convertido en una parte esencial de mi vida y de mi bienestar personal.

Por eso hoy te traigo un video en el que te explico a cerca de la respiración consciente y además al final incluye un audio guiado por mí para que puedas practicarla en tu día a día. Siempre que quieras y lo necesites podrás tener el audio a tu disposición, a través de él deseo que tengas un dulce encuentro contigo misma y contactes con un espacio de calma interior que te ayudará a gestionar el estrés y el vaivén emocional.

La respiración es el instrumento más sanador y poderoso del que dispones en todo momento. Si la practicas con constancia puede ser un gran recurso para tu embarazo y la conexión con tu bebé, para sobrevellar la intensidad del parto y para gestionar las emociones de la maternidad.

Cada respiración es un dar y un recibir, un tomar y ofrecer que nos conecta directamente con la abundancia del universo. Siempre hay oxígeno para todos.

Ya sabes que la práctica hace al maestro, cuanto más practiques, cuanto más tiempo le dediques, más bienestar conseguirás. Te sugiero una vez al día, en la mañana, antes de que toda tu familia se despierte. Te prometo que es una hora mágica y sanadora.

CUÉNTAME COMO TE HA IDO EN LOS COMENTARIOS DEL BLOG, estaré encantada de escuchar sobre tu práctica.

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5 pasos para sanar la relación madre-hija. Entrevista a Yadday Hermoso

La relación con nuestra madre, que gran tema.  Casi todas las mujeres que acompaño tienen algún conflicto con la madre que se amplia cuando se convierten en madres. Practicamente todas las mujeres tenemos ahí una herida, un anhelo, una sensación de que algo nos faltó, de que algo hubiera tenido que ser diferente, y esta herida, esta ‘falta’ la llevamos a cuestas en nuestramochila emocional de por vida, a no ser que saquemos el valor para mirarla, sentirla y sanarla.   De esto nos habla Yadday Hermoso en el video de hoy, nos muetra una mirada y una forma de abordar esa herida para poderla cuidar, ponerle un poco de luz, mejorar, y cerrar un poquito.
Como sabes, Yadday ha co-escrito conmigo la Agenda libro del embarazo consciente, pero además de escritora, Yadday es terapeuta en constelaciones familiares y lleva años trabajando en el vínculo madre-hija,  su pasión. Como nos dice en el video:
 “Todos tenemos una madre, y el problema nunca es la madre. Son nuestras expectativas de esa relación, se trata de reconocer esa relación tal cual como fue, aceptarla con todo lo que fue incluyendo lo fácil y lo difícil(…) Lo único que está en nuestras manos, es como elegimos vivir esa relación, desde que lugar la experimentamos y lo que sentimos con respecto a ella.”
El próximo 28 de Mayo nos ofrecerá de nuevo en Barcelona su taller de constelaciones familiares ‘Sanar el vínculo con la madre’. Para las que seáis de Barcelona os lo recomiendo de corazón y para las que no, deciros que Yadday también realiza constelaciones individuales por Skype así que si resuenas con el tema, no dudes en ponerte en contacto con ella estés donde estés. En el cartel del taller, más abajo, tenéis todos los datos y su contacto.


Que lo disfrutes y que te sea de ayuda.
Y si es así compártelo con muchas mujeres para que también les llegue a ellas. Gracias.
Un abrazo de corazón a corazón y hasta pronto,
MONICA-MANSO-LOGONAME

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6 Claves para potenciar tu confianza como madre

Que difícil es a veces ser madre ¿verdad?

Imagino que a ti te pasa como a mí y como a muchas de las madres que acompaño, que son tantas las microdecisiones que tenemos que tomar en el día a día y en muchas ocasiones no hay a nadie con quien compartirlas en el momento, que es muy fácil acabar dudando de ti, pensar en que te has equivocado y acabar minando tu confianza como madre.

Es mucho el peso que sostenemos sobre la educación y la crianza de nuestros hijos, y muy grande la exigencia de querer hacerlo bien.

La mayoría de las veces queremos ofrecer un modelo de crianza a nuestros hijos diferente del que nos dieron nuestros padres, menos disciplinada, más respetuosa, con límites sanos y justos pero no siempre podemos, en muchas ocasiones el cansancio al final de día no ayuda y acabamos exhaustas y con los gritos que se cuelan por los poros de nuestra piel.

Y en general, de los gritos a sentirte mala madre y con falta de confianza en ti y en tus recursos porque no gestionas bien los conflictos del día a día hay un paso.

Imagínate cómo sería poder tener más confianza en ti misma para gestionar el día a día de una manera más centrada y equilibrada…

¿Te lo estás imaginando? Responder en lugar de reaccionar, ver con claridad la decisión que has de tomar, confiar en ti profundamente sin dudar.

Pues esto es lo que vengo a ofrecerte hoy: 6 claves para cuando te falle la confianza y pienses que lo estás haciendo mal, que te ayudarán a fortalecer todo el esfuerzo y la valía que tú tienes.

La confianza es un sentimiento que viene de adentro, y que conviene cultivar día a día. Por eso estas claves son para irlas incorporando y practicando poco a poco en tu vida diaria. Son poderosas, y requieren obvservarte, escucharte, y estar dispuesta a sustituir viejos hábitos por unos nuevos.

 

Por si no puedes ve el video te las dejo también por escrito:

1- Pide ayuda cuando lo necesites.
Parece contradictoria ¿no? Si tengo confianza en mí misma no necesito pedir ayuda. Pues No. Las personas que tiene confianza en sí mismas piden ayuda cuando lo necesitan, no tiene ningún problema en asumir que no lo saben todo. Para ellas pedir y recibir ayuda es una gran oportunidad de aprender algo nuevo. Saber pedir es un arte.

Así que ya lo sabes, abandona tu deseo de la ser super heroína ‘yo puedo con todo’ y permítete pedir ayuda cuando lo necesites, tanto en tu vida cotidiana como en la crianza de tus hijos, tanto pedir un consejo a tus amigas como a los profesionales de la crianza o la salud. Crea tu tribu y te sentirás más confiada y feliz.

2- No temas cometer errores.
Cometer un error no es algo horrible de lo que te tengas que arrepentir o por lo que te tienes que culpar toda la vida. Todos somos humanos y comentemos errores, está en nuestra naturaleza y como madres, es algo que nos pasa casi a diario: la crianza muchas veces nos lleva límite, tanto con los hijos como con la pareja, lo que muchas veces se traduce en gritos o reacciones de nosotras mismas que no nos gustan y nos generan culpa. Nada de culpas. Si te das cuenta de que has cometido un error, lo importante es admitirlo, responsabilizarte de él, aprender de él para mejorar y pedir disculpas si lo ves necesario y te hace sentir mejor.

Recuerda que Siempre lo haces lo mejor que puedes con lo que sabes.

Como dice la poetisa Maya Angelu “Hazlo lo mejor que puedas hasta que sepas más. Y entonces, cuando sepas más, hazlo mejor.”

3- Suspende el juicio hacia los demás.
Las personas que tienen confianza en sí mismas no están todo el día viendo la paja en el ojo ajeno. Se preocupan por mejorarse a sí mismas.

Pon atención y observa cuantas veces al día enjuicias a las personas que te rodean, especialmente a la forma de criar de otras madres. Es un no parar. Es así nuestra naturaleza humana, todo y a todos lo catalogamos como negativo o positivo, pero que pasa si suspendes el juicio? Haz la prueba. Cada vez que te des cuenta de que estás juzgando a alguien, deja de hacerlo y observa que sucede. Verás que muchas veces aparece la compasión.

Todos tenemos una historia de vida y todos tenemos y árbol familiar del que procedemos y con eso nos construimos nuestra personalidad en la vida para sobrevivir y buscar nuestro lugar en el mundo.

De hecho, lo que todos buscamos en el fondo es amor. Así que La confianza en ti misma se demuestra honrando tu estilo y forma de vida y permitiendo que los demás tengan el suyo.

4- Si has de competir, que sea contigo misma.
Deja de competir con las demás mujeres, son tus hermanas de camino. Me sorprende ver lo mucho que las mujeres compiten entre sí cuando todas, desde hace generaciones y generaciones, hemos luchado mucho para visibilizarnos y ser respetadas. Todas tenemos nuestro lugar en el mundo.

No caigas en el error de la sociedad patriarcal y competitiva. Si has de competir que sea contigo, para ponerte nuevos retos en tu día a día, para mejorarte, para avanzar, para ir más allá, para ganar más confianza como madre y como mujer.

5- Permítete decir NO.
Deja de decir Si cuando quieres decir No. Ármate con toda tu fuerza y poder y simplemente di NO. Y esto es bueno hacerlo también con tus hijos. Ser consciente de cuando ya no puedes dar más de ti y expresárselo.

Si siempre dices que si los otros toman control sobre ti, tanto tus relaciones como tus hijos. En cambio si empiezas a de decir ‘No’ te estás diciendo ‘Si ‘a ti misma, si a escucharte, si a tus necesidades, si a confiar en ti.

Y además les estás enseñando a tus hijos a que ellos a su vez aprendan a poner límites en su vida.

6- Toma riesgos, sal de tu zona de confort.
Persigue tus sueños. Nunca es tarde para hacer lo que el corazón te pide. Por muy mamá que seas, no abandones tus sueños. Si los dejas completamente de lado, en algún momento lo puedes lamentar.

A veces nos apoltronamos en nuestra zona de confort de mami-familia y ya no salimos de ahí…

Da un paso adelante y toma el riesgo de hacer cosas que verdaderamente te gustan, cosas que te hagan vibrar, sal de tu zona de confort. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que no salga bien? Bueno, ya sabes que de los errores se aprende y es una forma de mejorar en la vida.

Espero que te haya inspirado el post para hacer algunos cambios entu vida y mejorar tu confianza.  Si es así me encantará leerte en los comentarios. Anímate a dejar tu testimonio, tu historia puede inspirar a otras mujeres que pasan por aquí a diario.

Con cariño,

Mónica Manso

 

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Mantra de la cesárea

Ya hace un mes que me ronda por la cabeza, por el cuerpo, que se me enreda en los pensamientos y en el corazón y ayer lo escribí. Nunca he explicado cómo fue la historia de mi cesárea, hace nueve años ya, la conocen mis familiares y amigas íntimas y por supuesto todas las mujeres a las que he acompañado.
Hace muchos años que estoy en paz con esta experiencia de vida pero no sé porque estos últimos días me ha venido muy fuerte crear este poema que comparto ahora contigo. Si te gusta y te conmueve como a mí, compártelo con otras mujeres que conozcas que también hayan parido por cesárea. Estoy convencida de que les hará bien leerlo.

Gracias por estar ahí formando parte de mi tribu de mamas y mujeres conscientes.
Con amor,
Mónica Manso

MANTRA DE LA CESÁREA
Yo parí por cesárea,
y por cesárea yo parí.
Y se abrió la puerta sagrada,
Para ti y para mí.
Y pongo las manos en mi vientre,
y susurro para mí:
Gracias cicatriz querida,
por lo mucho que aprendí.
Yo parí por cesárea,
y por cesárea yo parí.
Y honro ese portal de vida,
por donde yo renací.
 Como madre, como hija,
como mujer sin fin.
Gracias cicatriz querida,
 por formar parte de mí.
Porque tu custodias bien,
el dolor que padecí.
Un dolor que hoy yo transformo
En sabiduría para mí.
Yo parí por cesárea,
y por cesárea yo parí.
Gracias cicatriz querida,
tú y yo unidas al fin.
Y mi parto fue digno y bueno,
y mi parto me enseñó,
a inclinarme ante la vida
más allá de mi corazón.
Mónica Manso ©

Porque todos los partos son ritos de paso,  tanto un parto en casa como una cesárea, tanto uno natural, como uno con epidural. Cada mujer pasa por él con sus herramientas biológicas, emocionales y espirituales y ninguna es mejor que otra por haber parido con o sin intervención del exterior. Cada una tiene la experiencia que necesita para seguir avanzando, aprendiendo y creciendo en la vida. El portal sagrado se abre para todas, sin excepción.

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5 pasos para tener más paz interior en tu día a día

Hola guapa,
Por fin es viernes!
Estoy muy contenta con la acogida que ha tenido el video sobre emociones y embarazo y una gran parte es gracias a ti, a tu apoyo, tus comentarios de ánimo, tu tiempo para ver el video… Así que sólo puedo decirte ¡GRACIAS DE CORAZÓN!  El esfuerzo ha merecido la pena.

Como te comenté, alternaré temática de maternidad con desarrollo personall y hoy te traigo un tema que a todas nos hace mucha falta: cómo crear más paz interior en nuestro día a día. El mundo va a un ritmo muy rápido (y  loco)  y nosotras con él. El estrés se ha convertido en nuestra segunda piel y apenas nos damos cuenta.  O sino obsérvate cuantas veces al día te sientes tensa, enfadada, con ganas de estar sola, de descansar… Pues eso, que la plabra RELAJACIÓN brilla por sus ausencia en nuestro vocabulario, o si lo está es como una forma de utopía.

Así que hoy he creado un vídeo con el propósito de ayudarte a crear más bienestar en tu vida, a través de cinco pasos, algunos sencillos y otros que te harán reflexionar y observarte.


 
Descubre ahora los 5 pasos para tener más paz interior en tu día a día

Bueno guapa, me despido, deseando que el video te inspire y  pidiéndote que si te gusta lo compartas con tu tribu, le des al like y te suscribas a mi canal, todo tu apoyo es super bien recibido.  Cómo ves pedir es también una forma de cuidarse, o al menos para mí.

Feliz fin de semana.
Mónica Manso

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De pareja a familia: una guía emocional

Pasar de ser pareja a ser familia supone un gran cambio en el ciclo vital de las personas. La llegada de un nuevo ser viene acompañada de un cambio de prioridades, de valores, de hábitos, de responsabilidades e incluso de una nueva forma de mirar el mundo.

Es una experiencia transformadora que nos pone ante una gran responsabilidad y un gran desafío: la crianza y el acompañamiento de nuestro hijo en el mundo. Porque criar a un hijo no es algo que podamos aprender en los libros o en las escuelas, es algo que se aprende mientras se vive, en el día a día. Se dice popularmente que ‘deberían venir con el libro de instrucciones bajo el brazo’, afortunadamente para ellos y nosotros, no es así pues nos perderíamos una experiencia llena de emociones y matices.

Tener a un hijo supone experimentar el amor y la entrega incondicional. Verle crecer, sonreír, aprender a hablar y a caminar por la vida, responder a nuestros estímulos, a nuestro amor, madurar… El lenguaje y las palabras no son suficientes para describir sentimientos tan profundos que nos tocan el alma.

Pero si nos quedáramos sólo con esto, nos quedaríamos en el ideal. Hemos de tener en cuenta que hay muchas maneras de llegar a ser madre o padre: muchos niños nacen de una relación estable entre dos personas, otros son fruto de una relación pasajera, algunos han sido esperados durante mucho tiempo, otros adoptados, otros a través de técnicas de reproducción asistida, otros llegan sin haberlo planeado…

La maternidad y paternidad también se caracteriza por la ambivalencia emocional, nos va a traer toda la gama de emociones al completo: alegría y temores, euforia y rabia, admiración y frustración, seguridad e impotencia… Es una experiencia que cuestiona, desafía, interroga y transforma a quien decide vivirla.

Transformarse en padres implica que a cierto nivel, dejamos de ser hijos. Constituye un nuevo posicionamiento ante la vida.

La llegada del primer hijo

La llegada del primer hijo al hogar crea una constelación totalmente nueva: el ser que acaba de nacer necesita que la pareja le haga un sitio y a la vez hay que encontrar un nuevo lugar para los padres que también acaban de nacer. Se producen movilizaciones en los vínculos, tanto a nivel individual de cada miembro de la pareja como en la organización del entorno.

Durante el primer año todo se reorganiza: los horarios, la rutina, el sueño, los niveles de energía, las emociones, la alimentación, el espacio vital, la vida profesional… Y durante el segundo año todo este movimiento interno y externo se va asentando.

Al principio, los adultos están constantemente ocupados en el cuidado de su hijo y postergan los espacios de tiempo para estar juntos como pareja. En el caso de la madre, la situación es más intensa pues se ve inmersa en una simbiosis emocional con su hijo que le requiere un espacio vital y energético muy grande, ello implica que va a tener mucha menos disponibilidad para su pareja. Algunas parejas, ante este hecho, se sienten desplazadas, excluidas e incluso abandonadas sin saber que su lugar está en algo tan sencillo como proporcionar seguridad y contención a la díada mamá-bebé.

Por eso es importante gozar de buenas dosis de información, comunicación y paciencia durante esta etapa: tener un claro conocimiento de que dura aproximadamente dos años, buscar espacios de comunicación, cuando el bebé descansa, donde expresar qué me pasa y qué necesito, rodearse de otros padres y madres en la misma situación para compartir experiencias, confiar en la intuición para la crianza más que los consejos externos, proporcionarse muestras de cariño no verbales y lo más importante generar espacios, por pequeños que sean, para estar a solas.

Con la llegada del primer hijo la identidad empieza a cambiar de hombre a padre, de mujer a madre de pareja a familia, y lo hace lentamente, paso a paso, día a día, crece en la medida que crece nuestro hijo.

A través de este proceso la nueva pareja de padres va construyendo una forma propia tomando y descartando diferentes aspectos de lo que cada uno tiene incorporado de su familia de origen. Este cruce de modelos, según la óptica desde la cual se mire, puede provocar tensiones, por ello es importante hacer una mirada amplia y ver lo enriquecedor que es lo que cada modelo aporta a la familia. Al final serán nuestros hijos quienes se queden con uno u otro, o con ambos a la vez interrelacionados.

La familia es un lugar mágico y a veces no le damos la importancia que le corresponde, es el lugar donde somos acogidos desde el primer momento, el espacio donde se configura nuestra personalidad, nuestro puente hacia el mundo y el lugar al que siempre volver cuando nos cansamos de él.

Merece la pena hacer todo lo que esté en nuestra mano para cuidarla y mantenerla. No solo por nuestros hijos sino también por las próximas generaciones.

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La función sagrada de la madre y del padre

Llevo una temporada leyendo y releyendo el libro de Gabrielle Roth ‘Mapas para el éxtasis, enseñanzas de una chamán urbana’, un libro muy poderoso, escrito en 1989, que recomiendo a todas las personas interesadas en su crecimiento personal y espiritual.
Hay un capítulo del libro fascinante titulado ‘Los cinco profesores sagrados en el viaje de la vida’ en el que se menciona la función sagrada de la madre y la función sagrada del padre. Me pareció que merecía mucho la pena transcribir algunos pasajes para el blog, así que aquí los tienes: léelos, paladéalos, déjatelos sentir y permite que su sabiduría te impregne…
 Los cinco profesores sagrados en el viaje de la vida 
 (…) “La historia de cada uno se despliega en ciclos naturales, y cada ciclo tiene un profesor o maestro natural: nacimiento, la madre; infancia, el padre; pubertad, el propio yo; madurez, la sociedad; vejez, el universo.”
 (…) “De estos cinco profesores sagrados (madre, padre, yo, sociedad, universo) aprendemos toda la sabiduría que necesitamos. Estos guías en el viaje de la vida son esenciales para nuestro desarrollo personal, son nuestros espejos.”
 La función sagrada de la madre 
(..) “El ciclo del nacimiento comienza con la concepción y dura hasta aproximadamente los cinco años. La madre es la profesora sagrada de este ciclo. Transmite las lecciones mediante su cuerpo, con el ejemplo, la orientación, la actitud, la energía, la vibración. Cuando una mujer olvida su función sagrada, esto es destructivo para ella, para su hijo o hija, su sociedad y su mundo.
(…) Es la madre la que transmite el instinto maternal a los hijos, cuerpo a cuerpo. Es así de simple. El proceso comienza en el embarazo, cuando la conexión entre los cuerpos y las psiques es total. Ahí es donde el bebé tiene la primera experiencia de la presencia o ausencia del instinto maternal.”
 (…)“El papel sagrado de una madre es respetar la unicidad o singularidad de su bebé y sustentar su sentido de valía personal. Lo alimenta cuando tiene hambre, no según un horario ideado por algún experto, y lo alimenta dándole lo que necesita y desea, no lo que se espera o por rutina. Le permite llorar cuando siente algún dolor o está triste, y dormir cuando está cansado. Así reconoce y refuerza la validez de los mensajes internos de su hijo/a. Le enseña a fiarse de sí mismo/a. De esta manera le transmite su instinto maternal sustentador, ayudándolo/a saber contestar espontáneamente las preguntas esenciales “¿Quién soy y qué necesito?” Cuando la madre hace su trabajo de honrar y respetar los instintos naturales de su hijo, (…) el niño se convierte en su propia persona, seguro de su valía y de su identidad única.”
 (…) “Es tarea de la madre transmitir a su hijo/a este instinto autovalorador y autosustentador no ser su ‘madre’ el resto de su vida. En el ciclo del nacimiento hemos de aprender a ser nuestra propia madre integrando el instinto maternal. Esta función sagrada lleva unos cinco años. Una madre que está efectivamente presente para su hijo, le enseña a ser atento consigo mismo, a cuidarse, sustentarse y afirmarse. “
(…)”Una madre sólo puede dar lo que ha recibido. Sólo puede enseñar a su hijo a cuidar de sí mismo todo lo bien que cuida ella de sí misma. Cuanto más se valoran y sustentan a sí mismas las mujeres mejores madres pueden ser.”
La función sagrada del padre 
 (…) “Hayas sido herido o bendecido (o, muy posiblemente, ambas cosas) en el primer ciclo de la vida, luego pasas al ciclo de la infancia y necesitas conocer a tu padre como tu profesor sagrado. Él es una madre al revés, la autoridad ante la permisividad de ella, la línea ante el círculo de ella, el prudente ‘no’ mundano ante el cósmico ‘si’ de ella. Mediante tu madre se desarrolla tu imagen de ti mismo, mediante tu padre se define. Dentro/fuera, espera que llegue/ve a buscarlo, rendición/control, permisión/exigencia, femenino/masculino. Entre la madre y el padre aprendemos a bailar el tango de la vida.”

 (…)”La madre nos enseña a ser nuestro cuerpo. El padre nos enseña a expresar nuestro corazón al iniciarnos en el mundo de las relaciones con los demás; enseña el arte de relacionarse mejor con otra persona, porque es la primera persona exterior a nosotros con quien tenemos que relacionarnos, es decir, entablar relación.En el útero somos inevitablemente uno con nuestra madre. El padre está fuera de nosotros, es nuestro mejor amigo y nuestra tarea (y enseñanza) es conectar con él. En la creación de esta relación construimos el cimiento para todas nuestras relaciones personales futuras

(…) más adelante en la vida nos relacionamos con las personas de la forma como nuestro padre se relacionaba con nosotros y nosotros con él. Es del padre de quien recibimos o no recibimos la capacidad de saber instintivamente la respuesta a la pregunta ¿Qué necesita esta otra persona de mí?”
(…)”El padre nos enseña a fijar límites, a trazar la raya, a sentir nuestra autoridad, nos enseña la capacidad instintiva para relacionarnos bien con los demás, nos enseña lealtad, compañerismo, comunicación y justicia.”
Gabrielle Roth
 Del libro “Mapas para el éxtasis”. 1989