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POLAROID DE VERANO (en el corazón)

 

 “Papá, coge un puñado
de arena en cada mano y dáselo de comer a las olas, les encanta!”
Pau estuvo dando de comer a las olas durante una hora… mientras,
yo, sentada en la arena, sin escuchar lo que decían (tan sólo el sonido de las
olas y el viento) contemplaba la escena:
A mi hijo de cinco años, acompañado de su padre, jugando con
las olas, saltando, fluyendo, riendo, revolcándose, siendo plenamente feliz en
armonía con el océano, siendo uno con las olas… en una playa inmensa, los dos
solos…Y las olas se acercaban a él, querían jugar con él, rozarlo, mecerlo,
tocarlo, ser alimentadas…
Respiré profundamente para hacer espacio en mi memoria
(visual, auditiva, corporal), miré al cielo y di las gracias. Gracias (A la Vida,
al Universo Al Gran Espíritu que todo lo habita o como queráis llamar a la
fuerza espiritual) por permitirme participar de este momento tan mágico.
Es mi polaroid de verano, guardada en mi corazón.
Todo esto sucedió en las desérticas playas del Delta del
Ebro.  No hace falta irse muy lejos para
encontrar quietud y soledad en el mar…
Mònica Manso
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La maternidad nos da alas

¿Sientes como la maternidad te da alas?
Somos superheroínas de lo cotidiano.
Y hacemos de lo ordinario algo extraordinario.
De la comida al baño, del cuento al canto, del llanto a la calma.
Con solo una palabra, un gesto, un abrazo,
llevamos volando a nuestros hijos al reino del corazón.
Un reino que quedará en su memoria de por vida.Especialmente dedicado a todas las madres que hemos decidido criar con
apego, para que nos pongamos una medalla por la valentía de nadar
contracorriente en nuestra sociedad patriarcal.
Mònica Manso
Imagen: Gioia Albano
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“El cuerpo dolor de los niños” por Eckhart Tolle

Navegando ayer por Facebook me encontré con este post donde se explicaba la visión de Eckhart Tolle sobre las ‘rabietas’ de los niños. Muy interesante.  El blog que lo publicaba también lo es, os dejo la referencia http://larutadelailuminacion.blogspot.com.es/:

“En los niños, el cuerpo del dolor a veces se manifiesta a través del mal
humor o el retraimiento. El niño se torna hosco, se niega a
relacionarse y puede sentarse en un rincón a chuparse el dedo o abrazado
a un muñeco. También se puede manifestar a través de accesos de llanto o
de pataletas. El niño grita, se tira al piso o incurre en
comportamientos destructivos. El hecho de no conseguir lo que desea
puede desencadenar al cuerpo del dolor, y en un cuerpo del dolor apenas
en desarrollo, la fuerza del deseo puede ser intensa. Los padres podrán
sentirse perplejos sin saber qué hacer y sin poder creer que su pequeño
ángel se ha convertido en un monstruo en tan sólo unos segundos. “¿De
dónde sale tanta desesperación?” se preguntan. Es, en mayor o menor
medida, la participación del niño en el cuerpo colectivo de la
humanidad, el cual se remonta al origen mismo del ego humano.Pero el
niño quizás recibió sufrimiento de los cuerpos del dolor de sus padres,
de tal manera que estos podrán ver en su hijo el reflejo de lo que hay
en ellos. El cuerpo del dolor de los padres puede afectar profundamente a
los niños altamente sensibles. El hecho de tener que presenciar
la demencia del drama de sus padres les provoca un dolor emocional
insoportable, de tal manera que son estos niños quienes llegan a tener
cuerpos del dolor muy densos en la edad adulta. Los padres que tratan de
ocultar sus cuerpos del dolor no engañan a sus hijos. “No debemos
pelear delante de los niños”, dicen, pero eso sólo significa que
mientras conversan educadamente, el hogar está cargado de energía
negativa. Suprimir el cuerpo del dolor es extremadamente tóxico, mucho
más que dejarlo manifestar abiertamente, y los niños absorben esa
toxicidad psíquica, la cual contribuye a acrecentar sus propios cuerpos
del dolor.

Algunos niños aprenden acerca del ego y del cuerpo del
dolor por la vía subliminal, por el solo hecho de vivir con padres
altamente inconscientes. Una mujer cuyos dos progenitores tenían un ego y
un cuerpo del dolor muy fuertes me dijo que cuando sus padres se
gritaban y se ofendían, a pesar de amarlos, ella se decía, “estas dos
personas están locas. ¿Cómo terminé yo aquí?” Ya tenía la conciencia de
la demencia de esa clase de vida. Esa conciencia le ayudó a amortiguar
la cantidad de dolor absorbida de sus padres.

Los padres suelen
preguntarse cómo manejar el cuerpo del dolor de sus hijos. La primera
pregunta, por su puesto, es si están manejando el propio. ¿Lo reconocen
dentro de sí mismos? ¿Pueden mantenerse lo suficientemente presentes
cuando se activa para poder tomar conciencia de la emoción a nivel de
las sensaciones antes de que pueda convertirse en pensamiento y, por
tanto, en una “persona infeliz”?.

Mientras
un niño sufre un ataque del cuerpo del dolor no es mucho lo que podamos
hacer salvo estar presentes a fin de no dejarnos arrastrar hacia una
reacción emocional y evitar así que el cuerpo del dolor del niño se
alimente de ella. Los cuerpos del dolor pueden ser enormemente
histriónicos y no hay que dejarse engañar por ellos. No hay que tomarlos
muy en serio. Si el cuerpo del dolor se activó por que no se le dio
gusto al niño, es preciso no ceder ante sus exigencias. De lo contrario,
el niño aprenderá que “mientras más desgraciado soy, mayor es la
probabilidad de obtener lo que deseo”. Esta es la fórmula para la
disfunción posteriormente en la vida. El cuerpo del dolor se frustrará
al ver que los padres no reaccionan y seguramente exagerará su ataque un
poco más, antes de tranquilizarse. Por suerte, los episodios del cuerpo
del dolor suelen ser más breves en la infancia que en la edad adulta.

Conviene
hablar con el niño sobre lo sucedido cuando se serene, o al día
siguiente. Pero no se trata de hablarle al niño sobre el cuerpo del
dolor. Lo mejor es hacerle preguntas
como, “¿qué te pasó ayer cuando no podías dejar de gritar? ¿Recuerdas?
¿Cómo te sentiste? ¿Te gustó esa sensación? ¿Tiene nombre eso que te
sucedió? ¿No? ¿Si pudieras darle un nombre, cómo lo llamarías? ¿Querrías
hacer un dibujo para explicar cómo fue? ¿Se durmió? ¿Crees que pueda
volver?”.

Estas son apenas algunas sugerencias. El
propósito de este tipo de preguntas es despertar en el niño su facultad
para observar, es decir, su Presencia. De esa manera, el niño aprenderá a
no identificarse con el cuerpo del dolor. También conviene que el padre
hable con el niño acerca de su propio cuerpo del dolor, en unas
palabras que el niño pueda comprender. La próxima vez que el cuerpo del dolor asuma el control del niño, se le puede decir, “ha regresado, ¿verdad?”
Se deben utilizar las mismas palabras que el niño utilizó cuando habló
al respecto y dirigir su atención hacia sus sensaciones. La actitud del adulto debe ser de interés o curiosidad, en lugar de crítica o condena.

No
es muy probable que con eso se pueda frenar al cuerpo del dolor y hasta
podrá parecer que el niño ni siquiera escucha. Sin embargo, en el fondo
quedará algo de conciencia, incluso durante los momentos en que esté
activo del cuerpo del dolor. Con el tiempo, la conciencia se irá
fortaleciendo mientras el cuerpo del dolor se debilita. El niño estará
desarrollando más Presencia. Un día quizá suceda que sea el niño quien
nos señale que nuestro cuerpo del dolor ha asumido el control sobre
nosotros.

Eckhart Tolle en “Una Nueva Tierra”.

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Hijo mío eres bienvenido

¿Cómo cambiaría la vida de los seres humanos si fueramos recibidos con estas palabras?


Hijo, hija mía,

Eres bienvenid@,

Eres importante,

Eres únic@,

Eres especial,

Tienes valor,

Tienes mucho que ofrecer al mundo.

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Educar…

Me encantó este poético texto sobre el arte de educar.  lo tomé del muro de Facebook de uttam Módenes http://www.facebook.com/uttammodenes

Educar es mostrar la vida a quien aún no la ha vivido.
El educador dice: ¡Atento, apunta! El alumno lee la dirección apuntada y ve lo que nunca vio. Su mundo se expande, se ve más rico interiormente. Y, sintiéndose más rico interiormente, puede sentir mayor alegría y compartir más alegría, que ésa es la razón por la que vivimos.

La primera tarea de la educación es enseñar a ver. Los niños a través de los ojos tienen el primer contacto con la belleza
y fascinación del mundo…

Los ojos tienen que ser educados para que la alegría aumente. La educación consta de dos partes:

– Educación de las habilidades
– Educación de las sensibilidades

Sin la educación de las sensibilidades, todas las habilidades se tornan sin sentido. Los conocimentos nos dan medios para vivir; la sabiduría nos da razones para vivir.

Quiero enseñar a los niños.Aún tienen los ojos encantados
Sus ojos están dotados de aquella cualidad que, para los griegos, era el principio del pensamiento: la capacidad de asombrarse al contemplar lo más simple. Para los niños, todo es maravilloso: un huevo, una lombriz, un caracol, o el vuelo de las mariposas, o los movimientos de las langostas, un cometa en el cielo, una peonza en la tierra. Cosas que los eruditos no suelen ver.

En la escuela se aprenden complicadas clasificaciones botánicas, pero ningún profesor llama la atención sobre la belleza de una manzana, o lo curioso de las simetrías que muestran sus hojas.

Parece que las escuelas están más preocupadas por hacer que los alumnos memoricen palabras que en comprender las realidades que ellas representan.

Las palabras sólo tienen sentido si nos ayudan a ver mejor el mundo. Aprendemos palabras para mejorar los ojos.
Hay muchas personas con visión perfecta que nada ven…

El acto de ver no es algo natural. Necesita ser aprendido.
Cuando abrimos los ojos, se abren las ventanas de nuestro cuerpo, y el mundo aparece reflejado dentro.

Los niños, sin hablar, nos enseñan las razones para vivir.
Los niños no tienen saberes que transmitir. Su encanto es conocer lo esencial de la vida.

Quien no transforma su manera adulta de ver y sentir y no se hace niño, jamás será sabio.

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Educar desde el útero materno

¿Te has planteado alguna vez que ya puedes educar a tu hijo desde el útero materno? Pues si, mediante la comunicación afectiva puedes sentar ya unas buenas bases de su futura personalidad.

Aquí te dejo con el video de la conferencia titulada ‘Educar desde el útero materno’ que di hace unos años en el congreso de los niños del tercer milenio, donde explico:

– Las investigaciones científicas que se han llevado a cabo sobre la etapa prenatal-

– La importancia de establecer una comunicación afectiva e íntima con el bebé que se gesta en nuestro interior para sentar las bases de su seguridad y su personalidad.

– Diferentes formas y recursos para establecer esta comunicación junto con tu pareja.

Acompañar y amar a nuestro hijo como si ya hubiera nacido. Conectar con él, transmitirle nuestro amor, explicarle lo que sucede y transmitirle que sus padres ya se ocupan de ello, le va a proporcionar seguridad y confianza tanto en sus padres como en la vida.

 Espero que te inspire y te sea útil.

Me encantará saber tu opinión en los comentarios del blog.
Mónica Manso
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Historias de concepción consciente

Me contaron una vez sobre los indios Sioux norteamericanos,  que cuando las parejas se sienten preparadas para tener un hijo, se miran el uno al otro, se acercan y se dicen al oído ‘cuakté’, en señal de que están disponibles para albergar una nueva vida.  
 A partir de entonces comienzan a hacer un ritual de purificación: dejan de comer algunos alimentos e incorporan otros que les van a ayudar en la concepción, plantas, raíces, frutas… este ritual de purificación va acompañado del baño en las aguas del río Tacumé, aguas  que son purificadoras de la mente, las emociones y el espíritu.  Este ritual dura un ciclo lunar.
Cuando acaba el baño buscan un lugar para hacer el amor, juntos, dejándose guiar por el lenguaje de las plantas, los anímales, la tierra y el cielo, cuando lo encuentran, cada uno se sienta enfrente del otro, en silencio, y le piden a su ser interior que les ayude en la concepción. A continuación empiezan a emitir un cántico para llamar a la nueva alma que ha de encarnarse a través de ellos.  Un cántico que brota del corazón.  Y después, mientras sus cuerpos se entrelazan, sus almas invocan a la Gran Madre y al espíritu de la unidad… 

Y cuando acaban, permanecen juntos y en silencio, en el mismo lugar, durante un día, sintiéndose sostenidos por la Gran Madre Tierra y protegidos por el Gran padre Cielo.

Cuento-fábula-metáfora creada por Mònica Manso especialmente para la charla ‘Educando desde el útero materno’ que dí en el II Congreso de Niños del Tercer Milenio.

¿HABÉIS PLANTADO UN ÁRBOL ALGUNA VEZ EN VUESTRA VIDA?

Yo lo he hecho hoy acompañando a mi hijo Pau (5 añitos) y a todos sus compañeros de clase y ha sido un día tan especial que quiero compartirlo en el blog.
¿Y cómo surgió la iniciativa?
El año pasado hicieron una excursión al Montseny y recogieron algunas bellotas que los niños trajeron a casa.  Una de las familias tuvo la idea de plantarlos y un año después 4 robles habían florecido… así que la misma familia propuso retornar al Montseny para devolver los árboles a su lugar de origen.  Los padres y madres de la clase nos organizamos para encontrar una fecha,  contactar con el parque natural y pedir permiso para llevar a cabo nuestra aventura. La propuesta les pareció fantástica y hoy Domingo día 27 de noviembre del 2011, acompañados por el guarda forestal, 20 familias con sus hijos e hijas plantamos 4 árboles, una de esas cosas que dicen que hay que hacer en la vida. ¡Y guardamos las coordenadas en un iphone para volver dentro de unos años!  Que grande la tecnología de hoy en día…
Después lo celebramos con un picnic por todo lo alto, varios partidos de fútbol, paseos por la montaña, juegos con los niños y tertulias de sobremesa…. para acabar con una sensación de que nuestro vínculo se fortalecía y de que habíamos hecho algo hermoso no solo por nuestros hijos sino también por nosotros mismos y por la naturaleza.  Hoy la madre Tierra tiene 4 hijos más.
Y quiero dar las gracias desde aquí a las mamás que más dedicación le pusieron: a la familia de Cristina por plantar los robles y cuidarlos, a Laia por contactar con el Montseny y hacer todas las gestiones, y a Mónica por generar la encuesta para encontrar el día que a todos nos fuera bien. Gracias.
Y este ha sido mi Domingo… espero que la iniciativa os guste y os anime, a los padres que lleváis a vuestros hijos a la escuela, a participar activamente y crear más vínculos con ella. Merece la pena.
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Cuando nuestros hijos preguntan a cerca de la muerte…

Hace unos días mi hijo Pau, de cuatro años, me preguntó: ‘mamá, ¿y cuando se muera el papa que haremos?’. Respiré profundamente y me vino una respuesta obvia: ‘Seguir viviendo hijo’. ‘¿Y cuando te mueras tú y el papa, que haré yo, me quedaré solo?
Nuestra sociedad occidental no nos prepara para la muerte. Por lo general tendemos a ignorarla, negarla e incluso estar atemorizados ante ella creyendo que sólo significa pérdida y final. Vivimos en un mundo materialista inmerso en un desierto espiritual donde la mayoría de la gente piensa que la vida es lo único que existe olvidando lo que todas las grandes tradiciones espirituales y místicas del mundo nos dicen: que la muerte no es el final.
Y no sólo las grandes tradiciones sino también investigadores como Elisabeth Kubler-Ross o Raymon Moody, por citar algunos, lo plasman en sus libros: que la muerte es una experiencia hermana al nacimiento, es un nacimiento a otra existencia.
Si empezamos a considerar la muerte como parte de la vida y la incorporamos a nuestra cotidianeidad, recordando que todo es efímero y que a cada segundo estamos muriendo, la vida cobra otro sentido, otra dimensión, brilla.
Se que mi hijo está en la edad de preguntar sobre la muerte, y como los hijos son nuestros maestros, sus preguntas me han hecho reflexionar sobre cómo explicar y acompañar a los niños ante las pérdidas de seres queridos. La curiosidad me impulsó a buscar en internet recursos para ello, algunos de los cuales comparto aquí.   Espero que os sean de utilidad:
Un libro: ‘Como hablar con niños y jóvenes sobre la muerte y el duelo’.  Mary Turner.  Ed. Paidós Ibérica.
Una webhttp://www.vivirlaperdida.com/.  Una web que nos ofrece sugerencias y recursos para las personas adultas, niños y jóvenes que están en duelo o a aquellas que quieran ayudar a alguien que está atravesando esa situación.
Un cuento: ‘El cuento de Thumpy’. Dodge, Nacy C.  Este cuento nos narra la historia de Thumpy, un conejito que comparte el dolor y las preocupaciones que siente cuando muere su hermana repentinamente. La familia se une y se da ayuda mutua para sanar la pérdida y crecer en una experiencia curativa.

Un artículo: ¿Cómo hablarle a los niños sobre la muerte?  Por Laura Álvarez y Viviana Hidalgo. Especialistas en Psicólogía clínica.  Si estás interesado pulsa aquí

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Mamamoto celebration of Birth

Hoy me he encontrado con este poema, deseo que os guste.
…Un bebé es como
el inicio de todas las cosas,
admiración, esperanza,
un sueño de posibilidades.
En un mundo que está
derribando sus árboles,
para construir autopistas,
que está sepultando la tierra
bajo el hormigón armado
los bebés son
casi el úncio vínculo
con la naturaleza que  resta,
con ese mundo natural
de cosas vivas
del cual surgimos…
Carroll Dunham
Mamamoto Celebration of Birth
Mamamoto, palabra swahili que significa ‘madre y niño’.
El libro Mamamoto es una celebración del nacimiento que le devuelve al nacer la aureola de misterio que los avances tecnológicos le han quitado.

Texto extraído del libro ‘La medicina floral, el arte de partear en clave de Bach. Diana Rosenberg y Mirta Merino.  Ed Dunken.