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Ante la duda, escoge el Amor

Si tomas tus decisiones desde el amor que brota en tu interior, tu vida cambiará. Escoge el amor siempre que puedas.

AMOR… esa gran palabra que tanto utilizamos hoy en día todos los que hemos escogido el camino del crecimiento personal en sus infinitas variantes… pero ¿Qué es realmente el amor? O mejor pregunta ¿Cómo lo experimentamos?

Para responder a ello te comparto un breve texto que encontré en ‘El pequeño libro de sabiduría de Don Miguel Ruiz’ y que me parece muy sencillo y a la vez profundo sobre la experiencia del amor:

“Allí donde voy no hago más que amar, porque así es como soy. Soy amor y por eso precisamente no necesito del amor. Lo mismo vale para ti y para todos, pero muchas personas no lo saben.

En realidad, nadie precisa del amor porque somos amor. Pero si no sabes que eres amor, en tal caso, seguirás buscando amor.

Lo más irónico es que crees que encontrarás el amor en otra persona, pero cuando sientes el amor siempre procede de tu interior, y no del otro.

El amor siempre procede de ti y lo que te hace feliz no es que el otro te quiera. Lo que te hace feliz es el amor que brota de tu interior. Este amor puede ser el amor a una persona, a un animal, a un lugar, a una idea, a lo que sea, No importa demasiado lo que sea. Se trata de amor, y tú eres amor.”

Nos hemos creído la ilusión de que estamos separados de este gran amor y que necesitamos que otros nos lo den para vivir.

Vivimos en un mundo dualista, de positivo y negativo, oscuridad y luz, masculino y femenino, amor y miedo y desde ahí vivimos nuestra vida, tomamos nuestras decisiones y aprendemos de ellas.

Una de las cosas que hemos venido a hacer aquí en la tierra es aprender de nuestra naturaleza dual para encontrar la unidad, que es el amor que brota desde nuestro interior. Cuando sentimos ese amor, somos uno con la fuente.

Detrás de cada decisión de cada paso que damos en la vida tenemos la capacidad de ser conscientes de que somos amor, o de ser inconscientes de ello.

Cuando elegimos ser conscientes y elegimos el amor, el amor a uno mismo, que está conectado con nuestra verdad más profunda, entonces desterramos el miedo de nuestras vidas y nuestras decisiones se tornan más sabias.

De esta manera nos conectamos con la libertad de ser quien soy en todo momento.

Cada vez que tomamos una decisión desde el amor, nos permitimos recordar que somos uno con el universo. Que estamos alineados con la vida y el camino que tiene para nosotros. Sea el que sea, nos entregamos a él, con amor.

A veces se necesita mucho coraje para escoger desde el amor y no desde el miedo, y ese coraje también está en tu interior, igual que el amor, forma parte de nuestra naturaleza humana. Recuérdalo.

En este mundo en el que vivimos se nos olvida fácilmente este gran amor interior, por eso estamos aquí, para recordarlo una y otra vez, una y otra vez.

Así es que cada vez que te acuerdes, cada vez que lo sientas dentro de ti: ESCOGE EL AMOR.

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Gracias a mi hijo Pau por todo lo que me has enseñado

Nuestros hijos son nuestros maestros.  Los aprendizajes conjuntos es algo a tener muy presente para vivir una maternidad consciente, conectada contigo y tu sabiduría.

Hoy hace 11 años que nació mi hijo y me hizo madre.

Gracias Pau por todo lo que me has enseñado y traído a mi vida:
mirarme muy adentro,
muchísima creatividad,
más paciencia,
una nueva profesión,
un amor inmenso,
un miedo inmenso a veces también,
saber poner límites con cariño,
descubrir la bruja que hay en mí,
reconocer mi condicionamiento de generaciones,
honrar mi linaje femenino,
conocer en profundidad mi cuerpo de mujer,
honrar mi cesárea: la puerta sagrada,
escribir un libro,
conocer a tu padre y crecer con él,
hacerme más sabia,
recibir la gratitud de muchas mujeres,
acompañar la llegada de la vida,
hacerme un canal youtube,
abrir un blog,
abrazar mi sombra…
Y la lista podría seguir creciendo, por hoy me paro aquí. Namasté hijo. Eres mi maestro.

En esta fotografía estoy casi recién parida, creo que Pau tenía 2 días. Irradiando oxitocina por todos los poros de mi piel. Cuando aún no sabía ni una centésima parte de lo que se hoy. Aún así sabía que contaba con mi intuición, mi instinto y toda la alegría y pureza del momento.

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Carta a mi hija G. K. o cómo elaborar el duelo por un hijo no nacido

Hoy os traigo una carta sanadora y liberadora de heridas. Escrita por K., una mamá a quien he acompañado en su segundo embarazo y en diferentes épocas a transitar por  las luces y las sombras de la maternidad y muy recientemente a sanar y cerrar el duelo por su hija no nacida: Gianna Kate, que perdió en su semana 37 de embarazo. Esta es la carta que ha escrito hace muy pocos días y que ha querido que publiquemos hoy en el blog. Porque los duelos por los hijos no nacidos, merecen ser visibilizados, contados y traídos a la luz de la familia y de la sociedad. Os dejo con ella:

Querida hija G.

Aún me acuerdo el día que llegaste en nuestras vidas.

Papá y yo estábamos en la cama esperando el resultado del test de embarazo que hice. Los dos estábamos impacientes por ver el resultado. Pasados los minutos de espera, por fin vimos el resultado: Embarazada 3+. Compramos el mejor test de embarazo. Queríamos que fuera el más eficiente, el más preciso. Estaba embarazada de más de 3 semanas. Papá y yo nos pusimos a llorar de emoción. Estábamos muy contentos de que hubieras llegado en nuestras vidas. A partir de ese día empecé a cuidarme un montón. También empezaron las visitas a los médicos, las ecografías, los análisis, los controles, etc.

Todo iba viento en popa. Ya estaba en la semana 37. Quedaban 3 semanas para verte. Teníamos toda la ropa preparada, la cuna montada, la bolsa del hospital preparada, la habitación casi lista. Teníamos un montón de cosas para ti, para que nada te faltara.

La mañana del 30/06/2013 me desperté pronto, sobre las 7h. de la mañana. No te noté, no noté ningún movimiento. No quise preocuparme. No quería pesar que pasaba algo. Así que se lo comenté a Papá y me dijo que tal vez estarías durmiendo.

Volví a dormirme y al despertarme a las 12h. no te noté. Fuimos directamente a Urgencias, al Hospital del Pilar. La comadrona que me atendió me puso directamente el líquido transparente y las correas. La noté que también estaba un poco nerviosa. No paraba de mover el disco para encontrarte el latido del corazón. Luego me llevó a otra habitación. La comadrona estaba más cariñosa de lo normal y eso no me gustaba. No quería pensar que algo pasaba. Me hicieron la ecografía. El doctor que me atendió nos dijo que no estabas. Que tu corazón no latía. Ví la cara de Papá y empezó a llorar diciendo: “Noooo, pero si faltaba 3 semanas”. La cara de Papá lo decía todo. Yo me quedé en Shock. En ese momento no me salió ni una lagrima. No podía asimilar todo lo que estaba sucediendo. Ahora tocaba estar tranquila para la operación. Para sacar tu cuerpo dentro de mí.

Me llevaron en una habitación para proceder a la dilatación y después al parto. Mientras estábamos en la habitación en el proceso de dilatación, Papá me dijo: Guardaremos el nombre de Gianna Kate. Yo empecé a asimilarlo todo y empecé a llorar de vez en cuando. Horas más tarde, llego el momento del parto. Todo salió bien (en relación al parto). La comadrona se acercó a nosotros y nos mostró tu carita, tu cuerpecito. Estabas perfecta hija mía.

Poco a poco fuimos llevando el duelo de la mejor manera posible.

Lo más duro fue salir del hospital sin llevarte en mis brazos hija mía. Me asomaba en la ventana del hospital y veía los carritos de bebé o las mamás que salían con su bebé en brazos y me preguntaba una y mil veces: Qué es lo que he hecho mal? Porque ellas sí y yo no?

La vida seguía. Nosotros, Papá y yo, teníamos que seguir adelante sin ti. Fue duro aceptar. Aceptar tu ausencia, aceptar lo que había sucedido, aceptar que no estarías nunca más con nosotros.

Meses más tarde volví a quedarme embarazada.

Empezaba el año 2014, yo quería empezar el año con mucha positividad. Quería cerrar una etapa y empezar otra. Pero poco a poco, sin darme cuenta, fui apartándote de mí, de mis pensamientos, de mis recuerdos.

Gracias a Mónica Manso, compañera y amiga de la maternidad, por acompañarme a sanar el duelo de mi hija, te he vuelto a recordar hija mía Gianna Kate. Ya no recuerdo la última vez que estabas en mis pensamientos.

Hija mía, G.K.
Perdóname por no haber ido antes al Hospital,
perdóname por querer pensar que no pasaba nada,
perdóname si he hecho algo mal,
perdóname si no te he cuidado bien,
perdóname si no he llorado lo suficiente,
perdóname si no he expresado suficiente mi tristeza y mi dolor,
perdóname si he querido levantarme lo antes posible y cerrar esta etapa,
perdóname si te he querido apartar de mi,
perdóname si te he olvidado durante estos últimos meses y años.
perdóname hija mía.
Que sepas que yo, Mamá, te quiero mucho.
Aunque físicamente no estés conmigo, con nosotros, siempre estás en mi corazón hija mía.

Hoy, día 30/06/2017, a través de esta carta, quiero honrarte, quiero reconocer que eres mi hija. Que aunque seamos tres físicamente, realmente somos cuatro en esta família.

Escribiendo esta carta para ti he llorado todo lo que no lloré en su debido momento.

Te envío mucha luz allí donde estés hija mía. Te quiero mucho Gianna Kate. Siempre estás en mi corazón, no lo olvides.

Mamá
K.L.G,

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Niños Altamente Sensibles: sus cualidades, mis vivencias y las claves para cultivar su don

Si estás leyendo esta página es porque quizás tienes la intuición de que tu hijo es un Niño Altamente Sensible o lo que también se denomina personas PAS.

No eres la única. Yo también visité muchas páginas en internet para buscar información, primero para mí misma, para saber si yo era una Persona Altamente Sensible (PAS), hasta que descubrí que no sólo yo me identificaba con alguna de sus cualidades sino que también las veía en mi hijo.

Cuántas veces pensé en mi fuero interno ¡pero qué quejica es! Cualquier roce, pequeña caída o golpe, supone un gran dolor para él. A menudo se queja de que la ropa le molesta y le hace rozaduras. Los ruidos fuertes le molestan muchísimo, así como algunos olores. No soporta los lugares donde hay muchos estímulos y le encanta estar en casa (¡con lo que me gusta a mi salir!). Su tolerancia a la frustración es realmente muy baja (de verdad, baja, baja), se siente ofendido con facilidad, siempre le ha costado mucho conciliar el sueño, como si no pudiera dejar de estar ‘alerta’, es muy observador y muy prudente también, hace preguntas profundas… y más cosas que no cuento por guardar su intimidad.

Todas las personas que le han conocido a primera vista siempre nos han dicho lo mismo ‘qué sensible es este niño’ y yo lo escuchaba y pensaba pero ¿cómo lo ven? O ¿a qué se refieren exactamente?

Ha habido momentos en que he tenido todas estas situaciones tan en primer plano que tengo que admitir que no las he visto con claridad y menos como una cualidad, sino más bien como algo que me molestaba porque me obligaba a estar muy presente y muy atenta, demasiado para las prisas en las que nos movemos hoy en día. O demasiado para una mujer tan activa y fuerte como yo…

Si te has identificado con alguna de estas situaciones o sensaciones, bienvenida al club. No te alarmes ni te preocupes porque nuestros hijos tienen el DON de la alta sensibilidad. Y estoy convencida de que este don va a ser muy preciado en el mundo futuro que van a heredar, con tanta tecnificación y robotización, la sensibilidad corporal y emocional y la empatía van a estar muy valoradas y necesitadas.

Para mí fue un alivio conocer el mundo de las personas PAS y los niños altamente sensibles, fue como un ¡aha, ahora lo entiendo todo! Y a partir de ahí me relajé y desde entonces he podido vivir esta cualidad de mi hijo como algo muy valioso e irle señalándole de vez en cuando que tiene ‘una gran conexión con su cuerpo y sus emociones’.

¿Cómo saber si tu hijo es altamente sensible?

Lo primero que quiero resaltar es que absolutamente todos los niños son únicos y especiales y nuestra tarea como padres es hacérselo saber.

A partir de aquí, hay una serie de cualidades que se les atribuyen a los niños PAS que han recogido muchos autores en sus libros y de los cuales yo me quedo con la autora del libro ‘The Highly Sensitive Child’, Elaine Aron, quien ha creado un test para saber si tu hijo encaja con alguna de las cualidades.

Aquí las tienes:

Se sobresalta fácilmente.
Se queja de que la ropa le molesta, o las etiquetas irritan su piel.
No le suelen gustar las grandes sorpresas.
Aprende mejor de una corrección suave que un castigo fuerte.
Parece leer la mente.
Usa palabras o un lenguaje más maduro para su edad.
Percibe los olores más sutiles.
Tiene un sentido del humor particular.
Parece muy intuitivo.
Se le hace difícil dormir después de un día emocionante.
No se encuentra a gusto con los grandes cambios.
Se quiere cambiar la ropa si está mojada o tiene arena.
Hace muchas preguntas.
Es perfeccionista.
Percibe la angustia de los demás.
Prefiere el juego silencioso.
Hace preguntas profundas y estimulantes.
Es muy sensible al dolor.
Le molestan los lugares ruidosos.
Nota sutilezas (algo que ha sido movido, un cambio en la apariencia de una persona, etc.)
Antes de dar un salto se asegura de que no haya peligro.
Funciona mejor cuando no está en presencia de extraños.
Siente las cosas profundamente.

Si has identificado 13 o más, Elaine Aron dice que tu hijo puede ser un niño altamente sensible. Puedes mirar toda la información al respecto del test aquí (en inglés).  También te invito a realizar el test que ha desarrolado la Asociación PAS España aquí: www.pasespaña.com/test-personas-altamente-sensibles   para niños: www.pasespaña.com/test-ninos-altamente-sensibles

¿Cómo acompañarles a cultivar su don?

En mi caso ha sido todo un proceso. Primero lo hablé con mi pareja para ver si él también tenía la misma sensación que yo y cuando le presenté la información coincidió conmigo. Después vino un proceso de reconocimiento, aceptación y validación de sus cualidades para poder acompañarle mejor en su educación y crecimiento.

Para mí, hay 3 claves fundamentales para acompañarles:

  • Validar sus emociones y sentimientos.
    Es algo que siempre hemos hecho con nuestro hijo. Animarle a expresar sus emociones: tanto la rabia, como la tristeza, el miedo y la alegría.
    Nombrárselas y darle el espacio y el tiempo para reconocerlas en sí mismo y poderlas aceptar y transitar. Porque así también puede reconocerlas y aceptarlas mejor en los demás. Además cuando validamos sus emociones también estamos potenciando su autoestima.
  • No mencionarle que es ‘diferente’ o especial’.
    Sino simplemente ponerle un nombre a las cosas que le suceden. Por ejemplo que tiene ‘una gran conexión con su cuerpo o con sus emociones’, o ‘que bien que captas las emociones de los demás’. Es importante naturalizar sus cualidades.
    Acompañarle en sus dolores físicos de manera natural por pequeños que parezcan sin darle más importancia pues los niños altamente sensibles tienen un umbral del dolor mucho más bajo que los demás.
    Acompañarle en su relación con los demás niños y personas de su entorno validando sus sentimientos y apoyándole también.
  • Respetar su ritmo interno y su personalidad.
    Si necesitan quedarse más en casa, más que otros niños, pues permitírselo (siempre que no sea en exceso) aunque a ti te guste mucho salir a la calle, como a mi…
    No caigas en el error de que se tiene que ‘espabilar’ o ser más fuerte y querer que haga deportes de competición o campamentos porque va a ser peor. Nuestra misión como padres no es cambiarlos sino guiarlos a que se conozcan mejor y a que descubran sus propias cualidades. Normalmente tienen que ver con el arte y la música pero no siempre. Estáte atenta a cuáles son para reforzárselas.

Con estas 3 claves nos aseguramos de que el niño se sienta visto, escuchado y valorado para que él se pueda ver, escuchar, valorar y cultivar en sí mismo esas cualidades o don.

Al final, con los Niños Altamente Sensibles, nos va a ayudar mucho seguir las bases de la crianza respetuosa: amarle, respetarle desde el corazón y acompañarle a desplegar todo su potencial en el mundo.

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Palabras inspiradoras que permitirán a tus hijos volar libres

Hoy quiero regalarte un precioso poema sobre los hijos del autor libanés, Kahlil Gibran, que deseo que te inspire y te haga reflexionar sobre tu papel de madre. La idea que transmite es la de no sobreproteger a los hijos, respetar sus decisiones y permitir que vuelen solos en el momento que así lo sientan. También hacerlos sentir acompañados en su proceso de crecimiento y prepararlos para dar el salto a vivir su propia vida. Espero que te guste y te inspire a ayudar a tus hijos a ser su mejor versión.

 

Poema extraído del libro El Profeta por Kahlil Gibran.

Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la Vida
deseosa de sí misma.

No vienen de ti sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tendrán sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti.
Porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos,
Como flechas vivas son lanzados.
El arquero ve su blanco en el camino hacia el infinito, y
se dobla con su fuerza para que sus flechas
vuelen veloces y lejos.

Alégrate y deja que el arquero te doble;
porque si bien ama la flecha que vuela,
ama también el arco que se queda.

Un cálido abrazo,
Mónica Manso

P.S.: La imagen pertenece a la fotógrafa rusa Elena Shumilova.

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Cómo educar corrigiendo menos y conectando más…

Hoy me encontré con este poema y me encantó.  Lo he traducido al castellano y también os lo dejo en original, para las que estéis familiarizadas con el inglés pues la rima de las palabras es intraducible.  Deseo que os guste y os inspire.

“Si yo tuviera que
criar a mi hijo de nuevo,
construiría su autoestima primero, y la casa más tarde.
Pintaría más con los dedos, y apuntaría menos con el dedo,
Haría menos corrección y más
conexión.
Apartaria los ojos de mi reloj, y vería
más mis ojos.
Haría más caminatas
y volaría más cometas.
Dejaría de jugar seriamente,
y empezaría a jugar en serio.
Correría a través de más campos
y contemplaría más estrellas.
Daría más abrazos y menos
tirones de  brazos.”
Diane Loomans>
Versión inglesa

“If I had my child to raise all over again,
I’d build self-esteem first, and the house later.
I’d finger-paint more, and point the finger less.
I would do less correcting and more connecting.
I’d take my eyes off my watch, and watch with my eyes.
I’d take more hikes and fly more kites.
I’d stop playing serious, and seriously play.
I would run through more fields and gaze at more stars.
I’d do more hugging and less tugging.”
Diane Loomans

Es tan fácil que el día a día se nos coma, mirando el reloj contínuamente, intentando mantener lo que tenemos programado y consumidas por todas las cosas que ‘tenemos que’ hacer… Los días en que nuestros hijos son pequeños pasan tan rápido, que es importante permitirnos momentos de autética conexión para que nos regalen su presencia.

Con cariño,
Mònica Manso

 

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Es tiempo de escuchar a nuestro corazón

Para este 2013 más que nunca:
Es tiempo de escuchar a nuestro corazón de padres y madres para compañar a nuestros hijos.
Y por encima de todo es tiempo de escuchar a nuestro corazón para acompañarnos a nosotros mismos.
Es ahí donde reside nuestra fuente inagotable de sabiduría.

 

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Para una gestación consciente y creativa:

 

 

Acompaña y ama a tu hijo como si ya hubiera nacido. Conectad con él,
transmitidle vuestro amor, explicadle lo que os sucede, sea lo que sea, y
hacedle saber que vosotros os ocupáis de ello.
Esto le va a proporcionar seguridad y confianza tanto en sus padres como
en la vida.
Acoge tus emociones, las que vengan, transitándolas, sin aferrarse a
ellas, las emociones van y vienen, como las olas… Compartidlas entre vosotros y
con aquellas personas con las que sintáis sintonía. Escoged muy bien en quien
depositáis vuestra confianza.
Utiliza tu mente en positivo. Nuestras
creencias sobre nosotros y el mundo y las imágenes mentales también ejercen un
impacto importante sobre el desarrollo de vuestro hijo
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Cread constantemente las
imágenes  y pensamientos que os aporten
bienestar para vosotros y vuestro hijo.
Cuida tus acciones y las relaciones con los demás, especialmente en
la pareja, pues es la primera relación de la cual vuestro hijo aprende.
Desarrolla
y amplia tu capacidad para tener quietud, serenidad, tranquilidad, claridad.
Hemos venido a este mundo para
realizarnos en la felicidad y el gozo de vivir. Y para transmitirlo a las próximas generaciones. El futuro del mundo está en el vientre de sus madres.
La vida intrauterina es una etapa de gran potencial
para el desarrollo del ser humano.
Sus células se están
in-formando a la vez que formando
. Ofrécele una conexión intrauterina de
calidad para que así pueda desplegar todo su potencial.  
Mònica Manso
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Sonbofu Somé y el Ritual africano de bienvenida para la Vida.

Hace unos días descubrí a Sonbofu Somé, una de las voces más aclamadas de la espiritualidad africana, guardiana de los rituales de su tribu y su tierra, los Dagara de Burkina Faso. Sonbofu es autora de varios libros, conferenciante internacional y además ofrece talleres basados en estos rituales por todo el mundo (viene a Barcelona en Noviembre). Me llamó la atención y me pareció muy interesante un artículo escrito por ella y publicado en su web www.sonbofu.com sobre el ritual de la escucha para mujeres embarazadas. He hecho una traducción de un estracto de este artículo, te dejo con él, el link a su web y la información sobre su estancia en Barcelona.

“Me llamo Sonbofu. Soy de la tribu Dagara, de Burkina Faso. En mi tradición es costumbre que las mujeres embarazadas acudan al ritual de la escucha. El propósito de este ritual es escuchar al bebé que va a llegar, descubrir quien es, porqué ha venido en este momento, cual es su propósito, qué le gusta o disgusta, y qué pueden hacer los vivos para dar espacio a esta persona. Al niño o la niña se le otorga su nombre basado en esta información. A las niñas se les pone el nombre a las 4 semanas después de su nacimiento y a las tres semanas para los niños. En la tradición Dagara tú posees tu nombre hasta los cinco años, después el nombre te posee a ti. Tu nombre es una energía, tu nombre tiene una fuerza de vida, crea el paraguas bajo el cual vives. Por eso es importante escuchar al bebé antes de que se le ponga el nombre, porque el nombre debe coincidir con el propósito. Mi nombre, Sonbofu, siginifica ‘la guardiana de los rituales’.
Un bebé en Africa nace con un ritual y muere con un ritual. Tu vida está comprometida con los rituales. A menudo decimos en mi tradición que o estas haciendo un ritual o pensando en entrar en uno o estas en medio de uno, o acabándolo. El propósito del ritual es conectarnos con nuestra propia esencia, ayudarnos a estar en sintonía con el espíritu colectivo, o enmendar aquello que ha sido roto, aquellos cables que se han desconectado de nuestra vida, para que podamos empezar de nuevo. El ritual es al alma lo que la comida a nuestro cuerpo físico.”

Lee el artículo en inglés

Uno de sus libros que más me ha llamado la atención es: “Welcoming Spirit Home: Ancient African Teachings to Celebrate Children and Community” que además está publicado en castellano: ‘Recbiendo al espíritu: Rituales africanos de bienvenida para la vida.’ por Cudec Editorial.
Además Sonbofu es colaboradora de la película What Babies want. Lo que los bebés desean. www.whatbabieswant.com

Sonbofu vendrá a España en Noviembre, los días 17 y 18 para ofrecer el taller “Enseñanzas africanas sobre el amor y la amistad ” que tendra lugar en el Institut Gestalt de Barcelona. Habrá una Sesión informativa el 16 de noviembre de 2012.  Yo ya he reservado mi plaza!

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SOBRE LA IMPORTANCIA DE GATEAR

 

¿Os habéis dado cuenta de que muchos niños hoy en día no
gatean?
Veo a diario madres y padres
que interfieren en el proceso de desarrollo evolutivo de sus hijos e
hijas queriendo que caminen antes de tiempo, deseando que se hagan grandes
rápido y sean autónomos. La consecuencia es que la etapa del gateo, tan
importante para el desarrollo del ser humano a muchos niveles, se la saltan,
argumentando que ‘ no quiere gatear, sólo quiere caminar’, quitándoles la gran
oportunidad de estar en el suelo.  Es la
impaciencia que caracteriza nuestra sociedad occidental, patriarcal,
productiva. Una especie de resorte interno que no nos deja estar relajados
junto a nuestros hijos, contemplarlos, estar presentes sin interferir, dejando
que la naturaleza siga su curso…
El gateo desarrolla la visión, la tactilidad, el equilibrio,
la medida del medio y su adaptación, además de otras importantes
funciones.  Os dejo con esta información
que he encontrado (fuente: http://www.institutosfay.com/#Escena_1
) sobre la importancia de la etapa de gateo:
POR QUÉ ES IMPORTANTE EL GATEO
Crea rutas de información.
Conecta los hemisferios cerebrales.
El gateo es una base fundamental para el desarrollo educativo
del niño. Crea rutas de información neurológicas entre los dos hemisferios, es
decir, facilita el paso de información de un hemisferio a otro. Las rutas
creadas no sólo valen para funciones del movimiento sino que son precursoras de
conexiones que servirán para crear otras conexiones entre los dos hemisferios
para funciones cognitivas.
Sincroniza el brazo con el pie del lado contrario.
Desarrolla el patrón cruzado.
Es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal
organizado del ser humano. Implica que el brazo derecho va sincronizado con el
pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho. Se llama patrón cruzado
porque hay dos ejes cruzados, y mediante el apoyo en equilibrio sobre las dos
extremidades opuestas de uno se pueden desplazar las dos del otro eje y
encontrarles  nuevos puntos de apoyo que serán la base del siguiente
desplazamiento.
Una consecuencia importantísima es que ese movimiento implica que el de las
caderas y el de los hombros, que se mueven al avanzar gateando crea una
rotación relativa de la columna tonificando los músculos que permitirán
mantenerla erecta cuando el niño se ponga de pie.Permite saber dónde están las partes del cuerpo.
Desarrolla el sistema vestibular.
Este sistema manda señales de los dos laberintos del oído al cerebelo para
saber en qué posición está constantemente la cabeza. Así permite luego
referenciar (colocar) todo el cuerpo respecto a esa posición. Es la llamada
propioacepción o saber dónde están los puntos del cuerpo, lo que permite
moverlo, ya que sabemos donde está al principio y al final de cada movimiento.

Posibilita el enfoque de los ojos.
Desarrolla la convergencia visual.
Al mirar al suelo, el niño converge o enfoca los dos ojos a un mismo punto, a
corta distancia. Cuando mira adónde va, a unos 3 metros por lo menos,
coloca con los ojos la convergencia en un punto infinito. Es un ejercicio
muscular fantástico para los ojos que facilita la acomodación visual. Según
estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo
suficiente de pequeños. También parece que los ojos vagos están relacionados
con un mal desarrollo de las convergencias.

Siente el tacto y luego podrá asir objetos.
Desarrolla la oposición cortical.
En el gateo, la cabeza está en un plano y la palma de la mano en otro. El niño
siente la tactilidad de la palma que ve, fundamental para desarrollar luego la
oposición cortical del dedo gordo de la mano, oponiéndose a los otros cuatro
dedos. Esa función en una mano es la que permite asir los objetos, la
manualidad fina, esencial para luego poder escribir. Al masajear la palma de la
mano envía información al cerebro de dónde está la palma y de cómo al moverla
para apoyarse va sintiendo diferentes sensaciones.

Se adapta al medio.
Le ayuda a medir el mundo que le rodea.
La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una
medida fundamental -la braza- en todas las civilizaciones. Con esa nueva medida
corporal, el niño mide el mundo circundante y se adapta al medio, porque lo mide
constantemente y va retomando información. Si entras de mayor en una casa donde
pasaste la infancia, te parece más pequeña de lo que era para ti porque
entonces, tu medida de braza, era menor.Un hemisferio será el dominante Ayuda a establecer la futura lateralización.
En el nivel de desarrollo posterior al gateo, comienzan los primeros procesos
de lateralización. Es necesario que uno de los hemisferios se convierta en el
dominante y el otro en el subdominante o servidor, para no tener que operar con
ambos a la vez. Al conectar los dos hemisferios gracias al gateo, se facilita
acudir más rápidamente a funciones más complejas que requieren de ambos
hemisferios y de áreas cerebrales no simétricas y diferenciadas. Un niño
pequeño que va a coger una naranja echa las dos manos a la vez. Una misma orden
llega simultáneamente a cada uno de los dos hemisferios. Un niño con un nivel
de organización superior coge la naranja con una mano o con otra, dependiendo
de si está a un lado o a otro o si es más diestro o zurdo.

CÓMO INFLUYE EN LA ANATOMÍA
Al gatear, el niño apoya su
peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de
los hombros, de la columna vertebral, del fémur y la cadera. Aprende la
oposición a la gravedad. La formación de la articulación de las caderas, que
realiza con el arrastre y el gateo, es fundamental para cuando se ponga de pie,
pueda sustentar sobre esas articulaciones el peso del cuerpo. Y la función hace
que los huesos se calcifiquen.

¿LE PASA ESTO A TU PEQUE?
En el gateo el niño se apoya en
dos puntos. Para ponerse de pie tiene que estar bien organizado cerebralmente
para apoyarse en un punto y mantener el equilibrio. “Es muy típico que los
niños que se ponen de pie sin tener desarrollado todo el sistema, se queden
como confundidos o mareados, miren alrededor, se sorprendan de que no logran
mantener la posición, bajen al suelo y pasen una temporada gateando como locos
hasta que vuelven a ponerse otra vez de pie”, recalca Gardeta.
CURIOSIDAD: CUÁNDO EMPEZÓ
“Históricamente, el gateo sólo
fue posible con el asentamiento de pueblos nómadas”, afirma Gardeta. “Tener un
suelo limpio y seguro para el niño se ha conseguido muy recientemente en la
evolución humana. En los pueblos primitivos, dejar un niño en el suelo suponía
su muerte, porque se ponía al alcance de los alacranes, serpientes, etc.”.
Hasta mediados del siglo pasado, las madres echaban una mantita en el suelo y
echaban al niño. Hoy existen demasiados aparatos y cachivaches que evitan que
el niño gatee por el suelo.
CÓMO PROMOVER EL GATEO
El gateo a veces se utiliza como gimnasia. Pero no hay
ninguna línea o escuela que lo fomente como mecanismo de desarrollo de la
organización cerebral infantil. Se sabe que el movimiento tiene una importancia
esencial pero no se fomenta como se debería, dice Gardeta.
Busca un suelo limpio, seguro, acogedor, no frío, y mantén a
tu peque el mayor tiempo posible en el suelo, por ejemplo, una hora al día. El
solito empezará a aprender. También hay técnicas de estimulación para que aprenda
primero a arrastrarse y luego a gatear.
No le fuerces a ponerse de pie. Si no está preparado le crea
inseguridad, concuerdan los expertos. Es consciente de que le pones un desafío
para el cual no está preparado y fracasa. Lo mejor es que empiece a andar por
sí solo, primero dos pasitos, luego tres… “Poner de pie al niño, sentarle en
una sillita o montarle en un tacataca, sin que tenga la musculatura preparada
para mantener el tronco erecto, hace trabajar incorrectamente a un sistema que
no está maduro”, afirma Gardeta.
Uno de los sitios que le hace ponerse de pie es el corralito
porque no puede gatear. “No está mal tenerlo un ratito ahí pero luego hay que
dejar que el niño gatee, recorra la casa, que es lo mejor. Utiliza el cochecito
para llevar al niño de un sitio a otro cuando todavía no ha llegado a
andar”,  pero evita abusar de estos y otros aparatos que retardan el
desarrollo del movimiento, aconseja Gardeta.
Lo mejor es madurar y asentar cada una de las fases
anteriores al andar, que son arrastrarse y gatear. Si estas fases han sido
desarrolladas correctamente, cuando el niño se ponga de pie, no tendrá
problemas. Ahora los niños no tienen experiencia de luchar contra la gravedad
progresivamente y utilizar funciones que luego constituirán su movimiento,
explica Gardeta. Si no gatean no es que no se logre la organización cerebral
pero se retrasará el desarrollo.
Gatear con una pelota es mucho más efectivo que poner una
alfombra colorida en el suelo, porque cuando el niño es capaz de converger con
los dos ojos, el proceso superior es el seguimiento visual y seguido de
desplazamiento de un objeto que se mueve, aclara Gardeta.
¿CÚANDO DEJARÁ DE GATEAR?
Cuando el sistema de funciones
cerebrales necesarias esté lo suficientemente maduro por sí mismas o convenientemente
estimuladas, el propio niño se pondrá de pie, señala Gardeta. Los primeros
pasos suelen aparecer alrededor al año de vida, señala Gardeta. “Entre los 16
meses y los dos años se afirma la bipedestación. Pero no pasa nada porque
gateen.