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30 afirmaciones para vivir una maternidad consciente

Hace ya muchos años que en diferentes momentos de mi vida me he apoyado y me apoyo en las afirmaciones positivas, a veces para superar ‘baches emocionales’ otras para motivarme para realizar alguna acción que me cuesta, otras para creer más en mí y en mis capacidades, para creer que es posible algo que a priori no me lo parece, para reprogramar mis creencias, o simplemente para recordarme lo que soy: una buena mujer y una buena madre que hago todo lo que está en mi mano para indagar en mi interior y ser mejor persona cada día.

Las afirmaciones son declaraciones que se utilizan para ayudar a tu mente, a tu subconsciente y a ti a estar más positiva sobre un tema en particular y por consiguiente alejar de ti los pensamientos tóxicos como la crítica y el miedo.

Seguro que tú, como yo, como todas las madres, tienes momentos que dudas de ti misma, que te sientes culpable, que te criticas y te juzgas y eso no te hace sentir bien y es más, sufres.

Por eso hoy te ofrezco estas 30 afirmaciones en las que apoyarte para vivir una maternidad consciente, que te acerque a tu poder interior y te aleje del sufrimiento.

Escoge las que más te resuenen y repítelas a diario, durante al menos 21 días, si es frente al espejo mejor. Y luego me cuentas.

Te dejo con ellas:

#1  Soy una madre fuerte y poderosa.

#2  Puedo encontrar el equilibrio en todas mis responsabilidades.

#3  Dentro de mí hay una mujer y madre sabia que conoce el camino.

#4  Honro y respeto la voluntad y las opciones de mis hijos.

#5 Aceptar que no puedo controlarlo todo me hace más fuerte.

#6 Soy digna de amor, no importa cómo se comporten mis hijos.

#7 Los errores son naturales y sirven para aprender a ser mejor madre.

#8 Puedo cometer errores con mis hijos y ser una buena madre.

#9 Soy una madre amorosa y me esfuerzo todo lo que puedo.

#10 La perfección no es necesaria para ser una buena madre.

#11 Mi responsabilidad en la crianza de mis hijos es compartida.

#12 Estoy donde necesito estar ahora mismo.

#13 Soy maravillosa tal como soy.

#14 Soy una mujer fuerte y a la vez vulnerable y eso está bien.

#15 Soy la madre perfecta para mis hijos.

#16 Mis hijos tienen la madre perfecta para ellos.

#17 Mis hijos están sanos y sólo por ello soy feliz.

#18 Tarde o temprano las cosas estarán bien. No tiene que ser hoy.

#19 No soy una madre perfecta, sólo soy una buena madre.

#20 El comportamiento de mis hijos no es un reflejo de mi propia autoestima.

#21 Mis hijos tienen su propia voluntad y hacen sus propias elecciones.

#22 Soltar mi responsabilidad de arreglarlo todo me da libertad.

#23 Mis logros como mujer y madre son muchos.

#24 Aquí y ahora es donde tengo que estar.

#25 No hay madres mejores que otras, en esencia todas somos iguales.

#26 La maternidad me muestra mi fuerza y poder.

#27 Conozco y respeto mi valía como mujer y madre.

#28 Creo una ambiente de paz para mí y para mi familia.

#29 Acepto el cambio.

#30 Busco soluciones a los retos de la maternidad y la vida con seguridad.

Una vez leídas estas afirmaciones me encantaría saber de ti a través de los comentarios del blog donde puedes compartir:
¿Cuáles han sido las que más te han resonado? ¿Te vas a atrever a ponerlas en práctica?

Si ya tienes tus propias afirmaciones te invito a  compartirlas aquí para que otras madres puedan utilizarlas también.

Te animo a compartir con el máximo detalle tu respuesta. Muchas mujeres y madres increíbles vienen aquí cada semana para buscar inspiración y tu historia puede ayudar a otra mujer a tener un cambio significativo en su vida.

Muchas gracias por leer y compartir. Es un privilegio para mí tener un ratito de tu tiempo y tu atención. También te agradezco de corazón que contribuyas tan abierta y amablemente a los comentarios del blog.

Con todo mi cariño,
Mónica Manso

P.S.: La preciosa imagen es de Catie Atkinson @Spiritysol

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De cómo sanar la relación con tu madre puede ayudarte en la crianza de tus hijos

Por Yadday Hermoso.

La relación con nuestra madre es una de las más importantes de nuestra vida y tiene una gran influencia no sólo en nosotras sino también en nuestra descendencia.

Recuerdo que los últimos meses de mi embarazo mientras realizaba la formación en constelaciones familiares y avanzaba en mi proceso personal, pensaba mucho en la importancia de estar en paz con la relación con mi madre y ocupar mi lugar dentro de mi familia (sistema familiar), no sólo por mí, sino también por la importancia directa que esto tenía para mis hijos.

Si integramos y aceptamos lo que viene de nuestra madre, vamos a estar más relajadas y disponibles para acompañar a nuestros hijos durante su infancia. ¿Por qué? porque ya no vamos a estar invirtiendo energía en pedir a nuestra madre más amor, más atención u otra manera de vernos o de tratarnos. Cuando aceptamos que lo que recibimos de ella fue suficiente nos situamos en la vida de una manera más fluida, en nuestro presente y sostenidas por nuestro pasado.

Voy a poner un ejemplo: imagina que acabas de tener un bebé, has decidido darle el pecho y colechar, pero resulta que a tu madre le da mucho miedo que duermas con el bebé ya que ‘es muy peligroso no vaya a ser que le vayas a asfixiar’ y además se va a ‘malacostumbrar y le vas a malcriar y no te lo vas a sacar de la cama hasta que sea adolescente’. Tú te has informado muy bien sobre los beneficios de la lactancia y el colecho para ti, tu hijo y tu familia y te encuentras ante una gran duda, porque tu instinto, lo que quieres y lo que te parece mejor es diferente a lo que tu madre quiere para ti.

Quieres hacerlo pero preferirías que fuera con la aprobación y bendición de tu madre. Es allí cuando surge en ti una gran encrucijada: sí lo haces y tu madre no lo aprueba te sientes incompleta porque te gustaría que ella estuviera contigo en esta decisión que es tan importante, pero sí la complaces o te conectas con su miedo, que no es el tuyo, lo que sucede es que te alejas de ti misma. Un gran dilema, y entonces ¿qué decisión tomar?

Es el momento de tener el coraje y la valentía de ser quienes verdaderamente somos y tomar nuestras propias decisiones.

Es cuando, amorosamente, podemos poner límites a nuestra madre, reconociendo que ella está movida por su propio miedo que tiene que ver con su propia historia, que es la suya y no la tuya. De esta manera dejamos su historia con ella, sin ninguna lealtad invisible que nos siga pesando y nos impida vivir en plenitud.

A partir de aquí llega el momento de establecer nuestros propios valores que conectan con quien somos verdaderamente a la hora de criar a nuestros pequeños.

Se trata de dar ese paso inclusive con culpa al principio, es el precio que pagamos por ser quien verdaderamente somos, de eso se trata crecer y de eso se trata vivir.

Cuando nuestra relación está en el lugar que es, no continuamos esperando que nuestra madre cambie porque no nos gusta su comportamiento ante determinada situación y abandonamos las expectativas de que viva su vida de manera diferente a como lo hace.

Nuestro gran reto es permitir que nuestra madre tenga sus dificultades y respetarla en sus dificultades. Podemos aceptar los miedos de nuestra madre y respetar su historia sin involucrarnos en ella, en lugar de seguir el mandato: ‘Si no estás bien yo tampoco estoy bien por lealtad a ti.’

Cuando aceptamos que lo que recibimos de nuestra madre fue suficiente tal cual y como fue, desde ese lugar podemos conectar con la fuerza en nuestro interior, esa fuerza que nace de nuestro convencimiento de que nosotras sabemos que es lo mejor para nosotras y que nosotras podemos confiar en nosotras mismas.

Lo mejor que podemos hacer por nosotras e inclusive por mejorar y sanar las lealtades invisibles, es hacernos responsables de nuestra vida y de nuestra felicidad, de hecho es la única manera.

Y así cuando sanamos nosotras, como simple consecuencia, estamos abriendo un camino de relaciones más sanas para nuestra descendencia.

Cuando logramos esto, como consecuencia inmediata, podemos estar disponibles para vivir una buena vida y ocuparnos de la crianza de nuestros pequeños, pero desde un lugar sano, donde los acompañamos sin buscar en ellos lo que no recibimos de nuestros padres. Los hijos están bien cuando están libres y se dedican a los suyo, no a acompañar nuestra soledad o nuestros miedos.

Si soltamos a nuestra madre hay posibilidades de que nuestros hijos hagan lo mismo en el futuro y estén más libres y vivan ligeros

Sanar la relación con nuestra madre es el paso más importante para estar verdaderamente presente en la crianza de nuestros hijos, resolviendo nuestros asuntos, damos espacio a una disponibilidad en nuestro presente, así de esta manera le estamos dando una antorcha liviana y con luz a nuestros hijos. Y sí ellos así lo deciden, puede pasar a sus descendientes, y así sucesivamente para que la vida continúe su curso perfecto.

El mejor regalo que puedes hacer a tus hijos es intentar ser mejor persona, estar más feliz con tu vida, posicionarte con lo que te da fuerza e impulsa la vida, y tener la libertad de hacer lo que tu espíritu quiere.

Artículo escrito por Yadday Hermoso, terapeuta en constelaciones familiares especializada en el vínculo madre-hija. www.yaddayhermoso.com

Si estás interesada en este tema, muy pronto lanzaremos el curso online ‘Sanando la relación con tu madre’ creado por Yadday Hermoso.  Puedes apuntarte aquí para ser de las primeras en recibir la promoción de lanzamiento.

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Como sobrevivir al verano con tus hijos

Como las vacaciones de nuestros queridos hijos ya están a la vuelta de la esquina hoy te he preparado un video de lo más divertido e inspirador: Cómo sobrevivir al verano con tus hijos, aplicando la disciplina positiva.  Quien de vosotras no ha tenido ese pensamiento de: ‘Uy… ya llega el verano, vamos a estar todo el día juntos y me voy a acabar agobiando‘ y acto seguido pensar ‘que mala madre que soy pensando esto, tendría que estar feliz y  disfrutando de mis hijos en lugar de pensar así’.  Querida, no eres la única, somos muchas las que nos agobiamos ante el panorama de pasar 24 horas non stop con nuestros retoños y no tan retoños.

Por eso he entrevistado a Angélica Joya, psicóloga facilitadora de disciplina positiva para padres y educadores, para que nos de algunos consejos de cómo gestionar de una manera fácil y respetuosa la intensidad de las vacaciones.

Angélica nos explica cómo aprovechar que no hay rutinas en verano para ir más a su ritmo, permitirnos más tiempo para escucharles, nos habla de sacarnos las prisas y hacerles partícipes de algunos planes y decisiones, nos cuenta atmbién de la importancia de pasar un tiempo especial con cada hijo y sobre todo de como gestionar la rivalidad entre hermanos. ¡Te va a encantar! y sobre todo te será muy útil. Ah! y por supuesto menciona como algo prioritario tener en cuenta el autocuidado, ya sabes…

La verdad que nos lo hemos pasado super bien grabando el video y lo hemos hecho del tirón! Me he estado planteando cortarlo pues dura 20 minutos y ya sabemos que todo lo que pasa de 5 minutos en youtube cuesta de captar la atención, pero el video es tan fresco y de verdad, tan interesante todo lo que cuenta Angélica y tan práctico que he decidido no hacer cortes y ofrecéroslo tal cual. Estoy segura de que tú vas a sacar 20 minutos de tu tiempo para verlo, acompañada de un buen te helado y un pastelito mmm… ya se me hace la boca agua. Ah! Y si puedes muéstraselo también a tu pareja pues seguro le va a gustar y ayudar.

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5 pasos para sanar la relación madre-hija. Entrevista a Yadday Hermoso

La relación con nuestra madre, que gran tema.  Casi todas las mujeres que acompaño tienen algún conflicto con la madre que se amplia cuando se convierten en madres. Practicamente todas las mujeres tenemos ahí una herida, un anhelo, una sensación de que algo nos faltó, de que algo hubiera tenido que ser diferente, y esta herida, esta ‘falta’ la llevamos a cuestas en nuestramochila emocional de por vida, a no ser que saquemos el valor para mirarla, sentirla y sanarla.   De esto nos habla Yadday Hermoso en el video de hoy, nos muetra una mirada y una forma de abordar esa herida para poderla cuidar, ponerle un poco de luz, mejorar, y cerrar un poquito.
Como sabes, Yadday ha co-escrito conmigo la Agenda libro del embarazo consciente, pero además de escritora, Yadday es terapeuta en constelaciones familiares y lleva años trabajando en el vínculo madre-hija,  su pasión. Como nos dice en el video:
 “Todos tenemos una madre, y el problema nunca es la madre. Son nuestras expectativas de esa relación, se trata de reconocer esa relación tal cual como fue, aceptarla con todo lo que fue incluyendo lo fácil y lo difícil(…) Lo único que está en nuestras manos, es como elegimos vivir esa relación, desde que lugar la experimentamos y lo que sentimos con respecto a ella.”
El próximo 28 de Mayo nos ofrecerá de nuevo en Barcelona su taller de constelaciones familiares ‘Sanar el vínculo con la madre’. Para las que seáis de Barcelona os lo recomiendo de corazón y para las que no, deciros que Yadday también realiza constelaciones individuales por Skype así que si resuenas con el tema, no dudes en ponerte en contacto con ella estés donde estés. En el cartel del taller, más abajo, tenéis todos los datos y su contacto.


Que lo disfrutes y que te sea de ayuda.
Y si es así compártelo con muchas mujeres para que también les llegue a ellas. Gracias.
Un abrazo de corazón a corazón y hasta pronto,
MONICA-MANSO-LOGONAME

Cómo hablar a tus hijos sobre espiritualidad: Las 7 leyes espirituales para padres

¿Alguna vez te has planteado cómo transmitir el concepto de espiritualidad a tus hijos? Quizás lo has intentado en más de una ocasión pero te has dado cuenta de que no es tan fácil como a priori parece…

Pues bien, hoy te traigo algo que te va a ayudar.

Cuando mi hijo tenía alrededor de los 3 años (ahora tiene 9) me leí el libro de Deepack Chopra ‘Las 7 leyes espirituales para padres’ y fue de gran inspiración y ayuda para mí por su sencillez y su fácil aplicación. Hace unos días me acordé de él, lo rescaté de mi biblioteca y pensé ¿Por qué no hago un resumen del libro para en el próximo video? Seguro que puede ser de gran ayuda para muchas madres y padres. Así que me puse manos a la obra y el resultado es el video de hoy.

Así que me puse manos a la obra y el resultado lo puedes ver en este video

En él encontrarás cómo transmitir:

  1. El concepto de Karma.

  2. El concepto de desapego.

  3. El equilibrio entre el dar y recibir.

  4. La diferencia entre el ego y la esencia.

  5. El propósito de vida.

  6. El saber aceptar la realidad tal cual es.

  7. La fuerza de la intención y el deseo.

¿Te apetece? Pues ya sabes, como siempre te digo, prepárate una infusión (o si eres de café pues un café!) resérvate un espacio sólo para ti, respira profundo y mírate el video.

 

En palabras de Deepack Chopra:

Desde el día en que nace tu hijo, tú eres un maestro de espíritu. Si creas un ambiente de confianza, de apertura, de ausencia de juicios de valor y de aceptación, estas cualidades serán absorbidas como cualidades del espíritu.

Un niño criado con preparación espiritual será capaz de responder a las preguntas más básicas sobre cómo funciona el universo; comprenderá la fuente de la creatividad tanto dentro como fuera de sí mismo; será capaz de practicar la abstinencia de juicios de valor, la aceptación y la verdad, que son las habilidades más valiosas que puede poseer una persona para el trato con las demás personas, y estará libre del miedo y de la angustia paralizadores sobre el sentido de la vida que es la carcoma que corroe en secreto el corazón de la mayoría de los adultos, aunque no sean capaces de reconocerlo.

El sustento más profundo que puedes dar a tu hijo es el sustento espiritual. No estoy hablando de obligar a tus hijos a aceptar unas reglas establecidas, del mismo modo que les enseñamos a ser “buenos” so pena de recibir un castigo. Cada una de las Siete Leyes Espirituales debe comunicarse no como una regla o un precepto rígido, sino como tu propia manera de ver la vida. Como padre enseñarás con mucha mayor eficacia en virtud de quién eres, que en virtud de lo que dices. Esto forma parte, por sí mismo, de la perspectiva espiritual .

Deseo de corazón que este video te sea de ayuda. Si te ha gustado déjame tus comentarios aquí abajo, compártelo con tus amigos y con tu tribu y ayudarás así a expandir la conciencia sobre la dimensión espiritual de la vida.

Con amor,
MONICA-MANSO-LOGONAME

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5 pasos para tener más paz interior en tu día a día

Hola guapa,
Por fin es viernes!
Estoy muy contenta con la acogida que ha tenido el video sobre emociones y embarazo y una gran parte es gracias a ti, a tu apoyo, tus comentarios de ánimo, tu tiempo para ver el video… Así que sólo puedo decirte ¡GRACIAS DE CORAZÓN!  El esfuerzo ha merecido la pena.

Como te comenté, alternaré temática de maternidad con desarrollo personall y hoy te traigo un tema que a todas nos hace mucha falta: cómo crear más paz interior en nuestro día a día. El mundo va a un ritmo muy rápido (y  loco)  y nosotras con él. El estrés se ha convertido en nuestra segunda piel y apenas nos damos cuenta.  O sino obsérvate cuantas veces al día te sientes tensa, enfadada, con ganas de estar sola, de descansar… Pues eso, que la plabra RELAJACIÓN brilla por sus ausencia en nuestro vocabulario, o si lo está es como una forma de utopía.

Así que hoy he creado un vídeo con el propósito de ayudarte a crear más bienestar en tu vida, a través de cinco pasos, algunos sencillos y otros que te harán reflexionar y observarte.


 
Descubre ahora los 5 pasos para tener más paz interior en tu día a día

Bueno guapa, me despido, deseando que el video te inspire y  pidiéndote que si te gusta lo compartas con tu tribu, le des al like y te suscribas a mi canal, todo tu apoyo es super bien recibido.  Cómo ves pedir es también una forma de cuidarse, o al menos para mí.

Feliz fin de semana.
Mónica Manso

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De pareja a familia: una guía emocional

Pasar de ser pareja a ser familia supone un gran cambio en el ciclo vital de las personas. La llegada de un nuevo ser viene acompañada de un cambio de prioridades, de valores, de hábitos, de responsabilidades e incluso de una nueva forma de mirar el mundo.

Es una experiencia transformadora que nos pone ante una gran responsabilidad y un gran desafío: la crianza y el acompañamiento de nuestro hijo en el mundo. Porque criar a un hijo no es algo que podamos aprender en los libros o en las escuelas, es algo que se aprende mientras se vive, en el día a día. Se dice popularmente que ‘deberían venir con el libro de instrucciones bajo el brazo’, afortunadamente para ellos y nosotros, no es así pues nos perderíamos una experiencia llena de emociones y matices.

Tener a un hijo supone experimentar el amor y la entrega incondicional. Verle crecer, sonreír, aprender a hablar y a caminar por la vida, responder a nuestros estímulos, a nuestro amor, madurar… El lenguaje y las palabras no son suficientes para describir sentimientos tan profundos que nos tocan el alma.

Pero si nos quedáramos sólo con esto, nos quedaríamos en el ideal. Hemos de tener en cuenta que hay muchas maneras de llegar a ser madre o padre: muchos niños nacen de una relación estable entre dos personas, otros son fruto de una relación pasajera, algunos han sido esperados durante mucho tiempo, otros adoptados, otros a través de técnicas de reproducción asistida, otros llegan sin haberlo planeado…

La maternidad y paternidad también se caracteriza por la ambivalencia emocional, nos va a traer toda la gama de emociones al completo: alegría y temores, euforia y rabia, admiración y frustración, seguridad e impotencia… Es una experiencia que cuestiona, desafía, interroga y transforma a quien decide vivirla.

Transformarse en padres implica que a cierto nivel, dejamos de ser hijos. Constituye un nuevo posicionamiento ante la vida.

La llegada del primer hijo

La llegada del primer hijo al hogar crea una constelación totalmente nueva: el ser que acaba de nacer necesita que la pareja le haga un sitio y a la vez hay que encontrar un nuevo lugar para los padres que también acaban de nacer. Se producen movilizaciones en los vínculos, tanto a nivel individual de cada miembro de la pareja como en la organización del entorno.

Durante el primer año todo se reorganiza: los horarios, la rutina, el sueño, los niveles de energía, las emociones, la alimentación, el espacio vital, la vida profesional… Y durante el segundo año todo este movimiento interno y externo se va asentando.

Al principio, los adultos están constantemente ocupados en el cuidado de su hijo y postergan los espacios de tiempo para estar juntos como pareja. En el caso de la madre, la situación es más intensa pues se ve inmersa en una simbiosis emocional con su hijo que le requiere un espacio vital y energético muy grande, ello implica que va a tener mucha menos disponibilidad para su pareja. Algunas parejas, ante este hecho, se sienten desplazadas, excluidas e incluso abandonadas sin saber que su lugar está en algo tan sencillo como proporcionar seguridad y contención a la díada mamá-bebé.

Por eso es importante gozar de buenas dosis de información, comunicación y paciencia durante esta etapa: tener un claro conocimiento de que dura aproximadamente dos años, buscar espacios de comunicación, cuando el bebé descansa, donde expresar qué me pasa y qué necesito, rodearse de otros padres y madres en la misma situación para compartir experiencias, confiar en la intuición para la crianza más que los consejos externos, proporcionarse muestras de cariño no verbales y lo más importante generar espacios, por pequeños que sean, para estar a solas.

Con la llegada del primer hijo la identidad empieza a cambiar de hombre a padre, de mujer a madre de pareja a familia, y lo hace lentamente, paso a paso, día a día, crece en la medida que crece nuestro hijo.

A través de este proceso la nueva pareja de padres va construyendo una forma propia tomando y descartando diferentes aspectos de lo que cada uno tiene incorporado de su familia de origen. Este cruce de modelos, según la óptica desde la cual se mire, puede provocar tensiones, por ello es importante hacer una mirada amplia y ver lo enriquecedor que es lo que cada modelo aporta a la familia. Al final serán nuestros hijos quienes se queden con uno u otro, o con ambos a la vez interrelacionados.

La familia es un lugar mágico y a veces no le damos la importancia que le corresponde, es el lugar donde somos acogidos desde el primer momento, el espacio donde se configura nuestra personalidad, nuestro puente hacia el mundo y el lugar al que siempre volver cuando nos cansamos de él.

Merece la pena hacer todo lo que esté en nuestra mano para cuidarla y mantenerla. No solo por nuestros hijos sino también por las próximas generaciones.

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La función sagrada de la madre y del padre

Llevo una temporada leyendo y releyendo el libro de Gabrielle Roth ‘Mapas para el éxtasis, enseñanzas de una chamán urbana’, un libro muy poderoso, escrito en 1989, que recomiendo a todas las personas interesadas en su crecimiento personal y espiritual.
Hay un capítulo del libro fascinante titulado ‘Los cinco profesores sagrados en el viaje de la vida’ en el que se menciona la función sagrada de la madre y la función sagrada del padre. Me pareció que merecía mucho la pena transcribir algunos pasajes para el blog, así que aquí los tienes: léelos, paladéalos, déjatelos sentir y permite que su sabiduría te impregne…
 Los cinco profesores sagrados en el viaje de la vida 
 (…) “La historia de cada uno se despliega en ciclos naturales, y cada ciclo tiene un profesor o maestro natural: nacimiento, la madre; infancia, el padre; pubertad, el propio yo; madurez, la sociedad; vejez, el universo.”
 (…) “De estos cinco profesores sagrados (madre, padre, yo, sociedad, universo) aprendemos toda la sabiduría que necesitamos. Estos guías en el viaje de la vida son esenciales para nuestro desarrollo personal, son nuestros espejos.”
 La función sagrada de la madre 
(..) “El ciclo del nacimiento comienza con la concepción y dura hasta aproximadamente los cinco años. La madre es la profesora sagrada de este ciclo. Transmite las lecciones mediante su cuerpo, con el ejemplo, la orientación, la actitud, la energía, la vibración. Cuando una mujer olvida su función sagrada, esto es destructivo para ella, para su hijo o hija, su sociedad y su mundo.
(…) Es la madre la que transmite el instinto maternal a los hijos, cuerpo a cuerpo. Es así de simple. El proceso comienza en el embarazo, cuando la conexión entre los cuerpos y las psiques es total. Ahí es donde el bebé tiene la primera experiencia de la presencia o ausencia del instinto maternal.”
 (…)“El papel sagrado de una madre es respetar la unicidad o singularidad de su bebé y sustentar su sentido de valía personal. Lo alimenta cuando tiene hambre, no según un horario ideado por algún experto, y lo alimenta dándole lo que necesita y desea, no lo que se espera o por rutina. Le permite llorar cuando siente algún dolor o está triste, y dormir cuando está cansado. Así reconoce y refuerza la validez de los mensajes internos de su hijo/a. Le enseña a fiarse de sí mismo/a. De esta manera le transmite su instinto maternal sustentador, ayudándolo/a saber contestar espontáneamente las preguntas esenciales “¿Quién soy y qué necesito?” Cuando la madre hace su trabajo de honrar y respetar los instintos naturales de su hijo, (…) el niño se convierte en su propia persona, seguro de su valía y de su identidad única.”
 (…) “Es tarea de la madre transmitir a su hijo/a este instinto autovalorador y autosustentador no ser su ‘madre’ el resto de su vida. En el ciclo del nacimiento hemos de aprender a ser nuestra propia madre integrando el instinto maternal. Esta función sagrada lleva unos cinco años. Una madre que está efectivamente presente para su hijo, le enseña a ser atento consigo mismo, a cuidarse, sustentarse y afirmarse. “
(…)”Una madre sólo puede dar lo que ha recibido. Sólo puede enseñar a su hijo a cuidar de sí mismo todo lo bien que cuida ella de sí misma. Cuanto más se valoran y sustentan a sí mismas las mujeres mejores madres pueden ser.”
La función sagrada del padre 
 (…) “Hayas sido herido o bendecido (o, muy posiblemente, ambas cosas) en el primer ciclo de la vida, luego pasas al ciclo de la infancia y necesitas conocer a tu padre como tu profesor sagrado. Él es una madre al revés, la autoridad ante la permisividad de ella, la línea ante el círculo de ella, el prudente ‘no’ mundano ante el cósmico ‘si’ de ella. Mediante tu madre se desarrolla tu imagen de ti mismo, mediante tu padre se define. Dentro/fuera, espera que llegue/ve a buscarlo, rendición/control, permisión/exigencia, femenino/masculino. Entre la madre y el padre aprendemos a bailar el tango de la vida.”

 (…)”La madre nos enseña a ser nuestro cuerpo. El padre nos enseña a expresar nuestro corazón al iniciarnos en el mundo de las relaciones con los demás; enseña el arte de relacionarse mejor con otra persona, porque es la primera persona exterior a nosotros con quien tenemos que relacionarnos, es decir, entablar relación.En el útero somos inevitablemente uno con nuestra madre. El padre está fuera de nosotros, es nuestro mejor amigo y nuestra tarea (y enseñanza) es conectar con él. En la creación de esta relación construimos el cimiento para todas nuestras relaciones personales futuras

(…) más adelante en la vida nos relacionamos con las personas de la forma como nuestro padre se relacionaba con nosotros y nosotros con él. Es del padre de quien recibimos o no recibimos la capacidad de saber instintivamente la respuesta a la pregunta ¿Qué necesita esta otra persona de mí?”
(…)”El padre nos enseña a fijar límites, a trazar la raya, a sentir nuestra autoridad, nos enseña la capacidad instintiva para relacionarnos bien con los demás, nos enseña lealtad, compañerismo, comunicación y justicia.”
Gabrielle Roth
 Del libro “Mapas para el éxtasis”. 1989
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Nuevas Maternidades para el día de la madre

 En estos días en los que se celebra el día de la madre y en los que nuestra labor se hace visible, reconocida y valorada por el mundo de afuera (la sociedad), me gustaría señalar la importancia que tiene que este reconocimiento nos lo demos el resto del año nosotras mismas. Recordar ofrecernos las palabras dulces, el cariño y los pequeños detalles con la misma compasión y devoción con la que cuidamos de nuestros hijos.
Por eso recupero hoy un texto titulado ‘Nuevas maternidades’, para romper un poco con este día tan ‘ideal’ y bajar la maternidad al mundo real. Está escrito por Elena Plaes, colaboradora habitual de este blog.  Os dejo con él.
Nuevas maternidades Por Elena Platillero
“La maternidad en el siglo XXI es difícil, muy difícil. Nuestra identidad como madres en la sociedad actual está constantemente condicionada. Vivimos cuestionadas por la familia, la pareja, el entorno laboral, los amigos, el sistema médico, el político, la Iglesia, la televisión y un larguísmo etc.
Nuestro rol como mujer-madre está bajo una supervisión constante. Nacemos mujeres, crecemos, y en algún momento de nuestras vidas nos planteamos ser madres, o no: ¿Quiero serlo? ¿Cuándo? ¿Me juzgarán? ¿Seré demasiado joven o demasiado mayor? ¿Podré hacerlo sola? El deseo de la maternidad por la maternidad ha sido relegado a un tercer o cuarto puesto, incluso puede que más allá, en la larga lista de preguntas que nos hacemos ante este acontecimiento.
Ante esta soledad y falta de apoyo, las nuevas tecnologías y redes sociales ofrecen soporte. Los grupos de Facebook, Whatssap, blogs o webs sobre maternidad son información e intercambio de ideas y experiencias que vuelven a dotar a la mujer de aquella sabiduría heredada durante generaciones y que nos robaron en algún momento de los últimos cincuenta años.
Cincuenta años de medicalización del parto, de desinformación y alienación de la energía femenina en pos de su emancipación/realización dentro del sistema laboral patriarcal… Todo ésto provoca que las nuevas madres se planteen “nuevas maternidades”, intentando cambiar patrones heredados , cosa que a su vez crea conflictos internos, dudas y vacíos existenciales. Estos nuevos círculos de mujeres cubren esos vacíos, aunque en cierta manera lo único que hacen es validar las propias intenciones de las madres y conseguir hacernos sentir menos solas en este viaje sin retorno que es la maternidad.
 Las nuevas maternidades son una lucha constante entre la herencia cognitiva, la historia y las nuevas investigaciones. Es una auténtica “guerra de madres”: ¿colecho sí o no? ¿ mochila, carrito, foulard? ¿daré el pecho, o el biberón, ambas, de qué manera? ¿tendré un parto en casa o en el hospital? ¿alimentaré a mi hijo con papillas o utilizaré otro método? El verdadero problema no son las múltiples opciones de las que dispone una madre hoy en día a la hora de plantearse su camino en este trance vital, sino los juicios, fáciles y gratuitos, externos e internos (¡ay los internos!) repetidos como un mantra a lo largo de su infancia y adolescencia y que ahora, en plena madurez femenina, resuenan más fuerte que nunca y la invalidan y niegan su capacidad y libertad de decisión. Si obviamente partimos de la base del amor como motor de creación de una nueva criatura para éste nuestro mundo (ésta premisa es importante, ser conscientes de que damos un hijo al universo y no a nosotras mismas, nos evitará muchos problemas en la crianza ya que les reconoceremos como seres libres desde el minuto cero después de ser concebidos y aceptados), si la base del amor está ahí, todas las opciones de crianza son buenas ya que el respeto hacia esa nueva vida será la que mueva a esa nueva madre que también está por llegar.
 La maternidad es arrasadora, pero más fuerte aún es el amor de una madre por su hijo, si ese amor está presente, si la maternidad es llevada a cabo por el puro placer de la maternidad en sí misma, si te tomas el tiempo y el espacio como mujer y como madre para escucharte y escuchar las necesidades de tu hijo, sabrás lo que debes hacer. Lo sabrás por el simple hecho que lleva dentro de tí no generaciones, sino desde el principio de la creación. Para poder llegar a este autoconocimiento , la mujer-madre de reconocer su animalidad, afirmarla en su esencia y dejar que ésta le ayude durante el embarazo, para conectar con el bebé, durante el parto, para aceptar el trance y dolor como parte del ritual de paso, y en la crianza para reconocer su instinto.
La maternidad tiene momentos de felicidad absoluta, felicidad acompañada inevitablemente de dolor y sufrimiento y aprender a gestionar esos momentos es la mejor herramienta para conocernos a nosotras mismas. ¿Y cómo aprendemos a gestionarlos? Escuchando, observando, decidiendo por una misma, empoderándose, compartiendo y sobre todo dejándose acompañar, ya que como dice el conocido proverbio africano “para criar a un niño hace falta una tribu entera”. Todo esto para validarnos como mujeres, como madres capacitadas y capaces de continuar hacia adelante con estas nuestras nuevas maternidades.
Nosotras somos quienes tenemos la llave para darnos cuenta de nuestras pulsiones primarias, nosotras podemos llegar a la sabiduría ancestral para reconocer aquello que nos es válido o reprimible de esta nuestra lucha eterna entre la consciencia humana y el instinto animal.
 La maternidad es una cuestión de sexo, no de género, y como tal se ve sometida por el sistema patriarcal. Parir y amamantar son decisiones que la mujer toma sobre su propia sexualidad y sólo ella tiene el pleno y libre poder de elección. “

Elena Platillero,
Soy Elena, mujer, doble madre, escritora, maquilladora y doula.
www.elenaplaes.com

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Nutrir tu alma cuando eres madre

En este momento del mundo y de nuestra historia, la mujer ha tomado el papel de nutrir a otros. Debemos encontrar un equilibrio. La Madre Tierra está lista y dispuesta a nutrir a sus hijas, pero sus hijas deben insistir en tomar el tiempo necesario para recibir esa nutrición para sí mismas “.
Jami Sams ‘The Thirteen Original Clan Mothers’

Con el fin de que seamos capaces de ser las mejores madres que podemos ser ( y cuando hablo de madres me refiero no sólo a madres de hijos naturales sino también a madres de proyectos, sueños, ideas), no debemos olvidarnos de cuidar de nosotras mismas y cultivar nuestras propias almas. Debemos crear la estructura interna que apoye y nutra el tiempo que necesitamos para nosotras mismas.

Ya sabéis que soy una fan del autocuidado y que de tanto en tanto voy publicando textos y artículos relacionados con ello.

Hace poco he tenido la oportunidad de leer el libro de Sharifa Oppenheimer ‘El Cielo en la Tierra: un manual para padres de niños pequeños’ y a continuación os traduzco un extracto que me encantó:

“La pregunta que cada madre y padre debe mantener viva a medida que criamos a nuestros hijos es: ¿Cómo cuido bien de mí, para que pueda cuidar bien para ellos?

Los adultos también necesitamos dormir bien, comer sano, hacer ejercicio y tener un sentido y un propósito en la vida. Cada madre tiene que encontrar su propio camino y crear ritmos para ella, al igual que los creamos para nuestros hijos. Esto no es un lujo; se trata de un requisito.”

“Sabemos que nuestros hijos no imitan sólo todo lo que hacemos, sino también la manera en como somos como ser seres humanos.

Nos imitan tanto las actividades más concretas como la esencia más sutil de nuestro ser. Esto puede ser un pensamiento paralizante! Sin embargo, si nos acercamos a nosotras mismas con el mismo humor y compasión que ofrecemos a nuestros hijos, vamos a ser capaces de apreciar nuestros éxitos en la búsqueda del equilibrio y a tomar nuestros fracasos con calma a medida que aprendemos de ellos”.

“Otra puerta para equilibrar tu ritmo interno es participar en alguna actividad que realmente te nutra.

Es fácil para los padres decir: “Pero cuidar de mi familia y disfrutar de la felicidad que esto me trae ya me nutre.” Esto puede ser cierto, pero antes de tener hijos, había actividades que te gustaban, que te nutrieron. Encuentra una manera de mantenerlas en tu vida. O descubre nuevos caminos donde encontrar satisfacción.”

“Tus hijos necesitan un modelo que sepa cómo encontrar la conexión alegre con una misma y con el mundo.

Si te gusta tocar la guitarra o asistir a la ópera, si te gusta ir en bicicleta o observar un pájaro, date estos momentos. Con el tiempo, compartir lo que tú amas con tus hijos les mostrará cómo mantener este lugar de deleite infantil abierto en sus propios corazones a medida que maduran en la vida. Y tu entusiasmo se extenderá a todas las tareas diarias que tú haces con y para ellos”.

Texto de Sharifa Oppenheimer. ‘Heaven on earth: a handbook for parents of youg children‘ (‘El Cielo en la Tierra: Un manual para padres de niños pequeños