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Acerca de mi…

La Vida tiene un propósito para cada uno de nosotros.

Nací cojita… bastante cojita… algo congénito dijeron los médicos. El talón de mi pierna derecha nunca llegaba al suelo, estaba a 6 cm. de él y eso me producía una sensación de equilibrio muy frágil, de estar siempre a punto de caer… una pierna estaba muy en el cielo y la otra, soportando todo el peso de mi cuerpo muy en la tierra… De muy niña hubo varias operaciones (dolorosas) para intentar arreglarlo pero como dice el refrán casi ‘fue peor el remedio que la enfermedad’.

Las palabras maternas y paternas siempre eran de aliento, me animaban a ser como los demás y eso fue lo que hice, querer ser como todo el mundo… a base de mucho esfuerzo y de obviar mi fragilidad. A base de negar mi minusvalía me convertí en una mujer luchadora, eficiente, responsable, elegante y con buena imagen, que ‘brillaba’ allá donde fuera, una mujer que podía con todo, una mujer muy ‘yang’. Cada uno escoge su neura cuando viene a este mundo y esta fue la mía: crear una imagen brillante para esconder una minusvalía. El esfuerzo fue titánico.

Y como la Vida nos tiene reservados propósitos elevados para todos nosotros (si los queremos ver), y como haciendo lo que hacía no era feliz y siempre tenía la sensación de que me faltaba algo, mi minusvalía y mi neura fueron mi motor para buscar apoyo terapéutico. Y lo encontré en la terapia Gestalt, primero como paciente, luego como estudiante y finalmente como terapeuta. La Terapia Gestalt fue un antes y un después en mi Vida. Animo a todo el mundo a hacer este viaje al centro de uno mismo, al SER, al corazón y al amor, un viaje de mirar muy muy adentro, ir viendo las malas hierbas e irlas apartando para poder descubrir que hay una tierra muy fértil dentro de cada uno de nosotros donde cada día sale el sol. En este viaje pude sanar mis heridas de niña, y las grietas con mis padres. Durante este viaje encontré al hombre de mi vida y fui madre. Es imposible no pensar que la Vida tenía este camino reservado para mí. Esta fue la primera parte de mi renacimiento.

Y la segunda fue ser madre. Di a luz a Pau el día de Navidad del 2006 y me di a luz a mi misma. Una nueva mujer había nacido. Decidí sumergirme de lleno en mi maternidad, dejar mi trabajo en el mundo de la empresa y emprender un segundo viaje: Un viaje hacia el yin, hacia lo desconocido, hacia el contacto piel con piel, los pechos llenos de leche, el sueño interrumpido, el ritmo lento, la soledad, el cuidado del hogar, la espera del ser amado, la intuición, el corazón lleno de amor, y lleno de miedo también, un viaje que aún estoy recorriendo… sin referencias, pues ser madre no se parece absolutamente a nada que haya vivido antes.

Y doy gracias a la vida porque mi maternidad también me ha inspirado un nuevo rumbo profesional. He gestado y dado a luz un proyecto que lleva por nombre Maternidad Consiente y no es más que llevar la terapia gestalt que tanto me ha aportado al mundo de la maternidad. Maternidad Consciente es ante todo un espacio de escucha interior para la mama y el bebe (tanto si está en el vientre como si ya ha nacido). Y por supuesto también para los papas. Es un espacio donde la mama y el papa se sienten acompañados emocionalmente, donde pueden elaborar sus dudas y miedos, donde pueden aprender más sobre si mismos ahora que se han convertido en transmisores de Vida.

Y por fin puedo decir que he llegado a un buen puerto donde descansar, sabiendo que me queda mucho viaje por recorrer. Ahora estoy tranquila, serena, recogiendo los frutos del camino recorrido. Y doy gracias a la Vida que me ha dado tanto…

Mónica Manso

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